La Hermandad del Cachorro culminó el pasado domingo la celebración de los 50 años de la actual imagen de Nuestra Madre y Señora del Patrocinio con su salida extraordinaria en su paso de palio por las calles de Triana. Y después de este medio siglo, ésta fue la primera ocasión en que la Virgen salió en una fecha distinta del Viernes Santo.
La ocasión era, por todo lo vivido, muy especial. Y es que no era para menos. En febrero se cumplieron 50 años desde que un incendio fortuito destruyera la anterior imagen de la Virgen del Patrocinio, que llevaba todo el medio siglo anterior como titular de la corporación, desde 1923, año en que además se estrenó el impresionante y personalísimo palio del taller de Olmo.
Así pues, se celebraba un siglo de la anterior imagen, un siglo del palio y medio de la actual imagen que un joven Luis Álvarez Duarte realizó inspirada en la anterior, la que se ganó el apelativo de Señorita de Triana que la Virgen que hoy conocemos mantiene.
Y en el itinerario, que la cofradía iba a recorrer en siete horas que al final se convirtieron en ocho, la Virgen del Patrocinio iba a pasar por su vecina Hermandad de la O, por la Esperanza de Triana, cuya dolorosa llegó a sacar en el pasado la Hermandad del Cachorro cuando estaba en San Jacinto, la Parroquia de Santa Ana y la Estrella.
La expectación era máxima y la cantidad de gente que acudió a ver a la Virgen del Patrocinio fue, como se esperaba, enorme. Esto hizo muy complicado poder acompañarla, teniendo en cuenta además que gran parte del recorrido estaba formado por calles estrechas. Muchas casas tenían en los balcones reposteros con el cartel realizado por Francisco Rovira (
ver), así como fotos a gran tamaño de la dolorosa, mantones y hasta colchas, contribuyendo a darle a las calles ese clásico ambiente de día grande en el barrio.
La salida se anunció para las cuatro y cuarto de la tarde, aunque llegó esa hora y las puertas de la Basílica del Santísimo Cristo de la Expiración no se abrían. Finalmente, la apertura tuvo lugar a las cuatro y diecinueve minutos, cuando la cruz de guía salió a la calle Castilla y empezó a avanzar por ella. Hubo cuatro tramos de hermanos con cirios blancos en el cortejo. Los tres siguientes estaban encabezados por el banderín del Grupo Joven, el Sine Labe y el Mediatrix.
A continuación, iban las representaciones de las diversas hermandades que acompañaron a la Virgen del Patrocinio hasta Santa Ana. En primer lugar, las del Viernes Santo y luego las cofradías de penitencia de Triana. La O no estaba ni entre las primeras ni entre las segundas, dado que estaba en su templo para unirse al cortejo cuando el palio pasara por él. Y antes del estandarte de la propia Hermandad del Cachorro iban el del Amparo de la Magdalena (ya que Amparo y Patrocinio son dos advocaciones distintas con el mismo significado) y el del Rocío de Triana.
Por otra parte, antes del cuerpo de acólitos, en la presidencia se encontraba el arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, con el párroco de Nuestra Señora de la O, Óscar Díaz Maraver, el presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Francisco Vélez, y el hermano mayor del Cachorro, José Luis Aldea.
El paso de palio de Nuestra Madre y Señora del Patrocinio estaba en el presbiterio de la Basílica, ante el Cristo de la Expiración. Desde ahí, a las órdenes de Paco Reguera, recorrió toda la nave del templo hasta poco antes de la puerta. La Sociedad Filarmónica Nuestra Señora de la Oliva, de Salteras, esperaba en la calle a la Virgen, a la que en el momento de la salida interpretó el Himno Nacional seguido de la marcha "Señorita de Triana". Con ella, el palio giró a su izquierda para empezar a recorrer Castilla como si fuera de nuevo Viernes Santo.
Hay que destacar el exorno floral que llevaba el paso de palio, alejado de los acostumbrados claveles rosas del Viernes Santo. Así, estaba formado principalmente por rosas blancas, que además en las jarras de los costeros formaban piñas de gran altura. En cuanto a la dolorosa, llevaba en el pecherín un broche con el logotipo del Año Patrocinio y una cruz regalada por la Hermandad de la O que reproduce a pequeña escala la de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
"Nuestra Señora del Patrocinio" fue la marcha que sonó para cruzar la Ronda de Triana en dirección al segundo tramo de Castilla, donde se lanzaron varias petaladas (iban a ser unas cuantas durante todo el recorrido) sobre el paso de palio. Luego la banda tocó "Esperanza Trinitaria" e "Hiniesta Coronada", llegando así a la confluencia con la plaza de Chapina.
La primera parada destacada en esta salida extraordinaria estaba cerca, en la Parroquia de la O, cuyas puertas estaban abiertas y con su hermandad bajo el dintel. La Virgen del Patrocinio se paró unos metros antes de llegar a su altura tras una chicotá a tambor; una parada que una mujer aprovechó para cantar desde su balcón el Ave María.
Después, el paso se levantó y la Banda de la Oliva empezó a interpretar la marcha "María Santísima de la O", con la que la Virgen del Patrocinio se acercó a la parroquia y giró ante su puerta, donde estaban el arzobispo y el párroco. Las campanas de la torre repicaban en señal de alegría por la celebración que la cofradía con la que la O comparte calle y jornada procesional estaba viviendo.
Tras unos minutos frente a la parroquia, el palio se levantó y se enlazaron dos interpretaciones de "Aquella Virgen" con el paso acercándose primero más aún a la puerta antes de retroceder y continuar su camino por la calle Castilla en dirección al Altozano.
Una vez en el Altozano, la Virgen del Patrocinio no se encaminó hacia el Puente de Isabel II; no era Viernes Santo. En su lugar, siguió de frente hacia la calle Pureza para plantarse, a los sones de "La Esperanza de Triana", ante la Capilla de los Marineros. Desde ahí, en una calle absolutamente a reventar, buscó la Parroquia de Santa Ana, girando a la calle Párroco Don Eugenio con "Procesión de Semana Santa en Sevilla".
El palio se detuvo ante la puerta ojival del templo, donde estaban las representaciones de las hermandades del Carmen de Santa Ana, la Pastora de Triana y Madre de Dios del Rosario, que cantaron la Salve a la dolorosa del Patrocinio. En este punto es donde se quedaron las cofradías que iban en el cortejo, a excepción del Rocío, que iba a seguir hasta Pagés del Corro, a la altura de Evangelista.
La Virgen del Patrocinio se marchó de Santa Ana con la marcha "Sevilla cofradiera", y luego sonó "Pasan los campanilleros" al girar a Pelay Correa mientras caía una intensa petalada sobre el palio.
Por Santísimo Cristo de las Tres Caídas salió a Pagés del Corro, donde la Banda de la Oliva tocó "Rocío" para despedirse así de la Hermandad del Rocío de Triana a pocos metros de su capilla. Luego sonó "Virgen de la Paz", a la que siguió una parada que se aprovechó para hacer un relevo de costaleros. Más tarde, la Virgen del Patrocinio llegó a la Parroquia de San Jacinto a tambor y se detuvo para el rezo de la Salve.
La siguiente marcha que se escuchó fue "Madre y Señora del Patrocinio", girando con ella a la calle San Jacinto, donde se dirigió después a la Capilla de la Estrella mientras la banda tocaba "Virgen de la Estrella".
Desde la propia capilla cayó una gran petalada sobre el paso de palio mientras sonaba "La Estrella Sublime" y la Virgen del Patrocinio se disponía a alejarse. Luego la banda tocó "Como tú, ninguna" antes de tomar la calle Alfarería con "Esperanza Macarena".
Comenzaba así la dolorosa a avanzar por una calle por la que no pasa en Semana Santa pero que en esta ocasión iba a recorrer al completo, casi hasta llegar de vuelta a su Basílica. Pero, aunque en el itinerario quedasen solamente tres calles, aún había mucho que vivir y disfrutar, ya con algo menos de público, junto a la Señorita de Triana, que tras un relevo de costaleros avanzó hasta el inicio del segundo tramo de la calle mientras sonaba la marcha "Hiniesta".
Después de una parada, durante la que hubo algún momento de tensión por los cangrejeros que iban entre los acólitos, el palio se dispuso a continuar su camino recibiendo otra gran petalada, ahora con "Virgen de las Aguas" como banda sonora. Luego sería el turno de "Macarena", de Emilio Cebrián, y "Saeta cordobesa", tras la que se produjo otro relevo bajo las trabajaderas.
"Por los vecinos de Alfarería", dijo el capataz en la primera levantá tras el relevo antes de hacer una chicotá a tambor, a la que después siguió otra con la marcha "María Santísima del Subterráneo", saliendo con ella a la amplitud de la confluencia con Clara de Jesús Montero.
Luego sonó "Nuestra Señora de Guadalupe", hubo otro relevo de costaleros y seguidamente la Virgen del Patrocinio recibió otra gran petalada en el inicio del último tramo de Alfarería, ahora a los sones de "Pasan los campanilleros". La banda interpretó después "El Cachorro. Saeta sevillana" antes de una parada que sirvió para hacer el penúltimo relevo, y luego hubo una chicotá a tambor seguida de otra con "Pasa la Virgen Macarena" al tomar la Ronda de Triana.
La salida extraordinaria de la Virgen del Patrocinio estaba llegando a su fin. Aún en la Ronda asistimos a una muy breve chicotá a tambor, así como al último relevo de costaleros. Después, se pudo escuchar de nuevo "Madre y Señora del Patrocinio" con el paso girando a la izquierda a la calle Castilla.
Una última, y también breve, chicotá a tambor acercó el palio a la Basílica para después girar ante la puerta mientras la Banda de la Oliva interpretaba "Nuestra Señora del Patrocinio". Finalizada la marcha, la Virgen se detuvo dándole la espalda a su casa y mirando hacia el pueblo que aguantó hasta el final acompañándola por las calles.
Llegó entonces la última levantá en la calle y comenzó a sonar, igual que a la salida, la marcha "Señorita de Triana", con la que el palio fue acercándose a la puerta. Cuando la composición de Pedro Morales se completó, la banda la enlazó con el Himno de España.
Pocos minutos antes de las doce y veinte de la noche se cerraban las puertas de la Basílica del Cristo de la Expiración. La Señorita de Triana, la que resurgió de sus cenizas tras la pérdida de la anterior gracias a las manos de un niño imaginero, volvía a casa tras celebrar sus 50 años en compañía de los cofrades cachorristas y de todo el barrio de Triana.