miércoles, 23 de junio de 2010
PONTE BUENO PRONTO, SEÑOR
martes, 15 de junio de 2010
MADRID, SIN LAS TRES CAÍDAS
Una aplastante mayoría de hermanos de la Esperanza de Triana dijo el viernes que no al traslado del paso del Cristo de las Tres Caídas a la capital de España para participar en este acto en el que el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, había puesto mucho interés. No están siendo fáciles para el nuevo prelado las cuestiones que tienen que ver con las cofradías. Les pasa a todos.
El caso es que el 'no' de la Esperanza de Triana, después del 'no' del Cachorro, deja a Sevilla fuera, dado que los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud ya dijeron que no habría un tercer intento; o las Tres Caídas o ningún paso sevillano.
Más allá de las consecuencias que esto pueda tener para la Hermandad de la Esperanza de Triana, cuya junta de gobierno ha salido bastante tocada, lo que preocupa es la imagen que de Sevilla se va a ofrecer de cara al mundo cofrade de toda España. Sevilla, a la que muchos achacan un cierto 'ombliguismo', no sólo en lo que a la Semana Santa se refiere, podría quedar como la ciudad pagada de sí misma que está por encima del resto y que desdeña estar presente en una jornada de unión y confraternización para los cofrades de todo el país.
Habrá que hacer muchos esfuerzos para dejar claro que eso no es exactamente así, que Sevilla tiene, sin contar las vísperas, un total de 60 hermandades de penitencia y que sólo se les ha preguntado a dos.
Quizá las cosas se han hecho mal desde el principio por parte de los organizadores, porque lo lógico habría sido ponerse previamente en contacto con todas las cofradías pidiendo voluntarias y después, con una lista de varias (muchas o pocas) candidatas, escoger sobre seguro.
Y luego está el tema del dinero, que, aunque no ha sido el aspecto decisivo, puesto que el coste del traslado, calculado en 55.000 euros, estaba plenamente cubierto con los 64.000 aportados por el Consejo de Cofradías y una entidad privada, no hay que pasarlo por alto.
En cualquier caso, Madrid se queda sin Tres Caídas y el vía crucis de la JMJ, que reunirá a pasos de Semana Santa de toda España, sin Sevilla.
AQUÍ QUIEN MANDA ERES TÚ
Había que celebrar los 450 años de existencia de la Hermandad que fundaron en 1560 los patrones de barcos, aquéllos que se encomendaban a la Madre de Dios como estrella que debía guiar sus largos viajes por alta mar. Eran los tiempos en que Sevilla era la puerta de salida de Europa hacia el nuevo continente.
Todo ello se recordó el sábado cuando a las siete y media de la tarde salía de la pequeña capilla un cortejo inusualmente largo en una procesión extraordinaria, debido a las numerosísimas representaciones que acompañaron a la Estrella de Triana por las calles: cofradías que comparten advocación con la Reina de San Jacinto procedentes de diversas localidades andaluzas, las hermandades del Domingo de Ramos, las trianeras y otras como la Macarena, el Baratillo o Montesión. Todas ellas formaron parte del cortejo hasta la llegada del mismo a Santa Ana. Sólo San Gonzalo y la O continuaron hasta la parroquia de esta última. Antes de eso, uno de los momentos más emotivos fue la entrada de la Estrella en la Capilla de los Marineros, devolviendo así a la Esperanza la visita que ésta le hace cada mañana de Viernes Santo. La banda de la Oliva de Salteras enlazó en estos momentos hasta tres marchas: "Triana de Esperanza", "Soleá dame la mano" y "Esperanza de Triana Coronada".
Muchísima gente siguió desde primera hora a 'La Valiente', aunque con el paso de las horas las calles se fueron despejando, lo que contribuyó a disfrutar con más tranquilidad del palio por rincones del barrio inéditos para la hermandad.
Para completar lo extraordinario de la salida procesional, en la que se estrenaron los varales de Juan Borrero y se recuperaron las flores de cera y la toca de sobremanto, se aprovechó para bendecir un enorme retablo cerámico de la dolorosa colocado en la esquina de la calle San Jacinto con Pagés del Corro, justo enfrente del que hace 50 años se instaló en la fachada de la parroquia; y otro más momentos antes de entrar en la capilla, éste del Señor de las Penas, situado en el inmueble recientemente adquirido por la hermandad junto a su sede canónica.
Además, hay que destacar el modo en que se engalanaron las calles por las que discurrió la procesión, algo en lo que la Hermandad de la Estrella de Coria del Río echó el resto con una alfombra de sales junto a la capilla, otra de flores de papel a lo largo de San Jacinto y varias estrellas de bombillas en las fachadas de la misma calle.
En definitiva, otra de esas jornadas cofrades para guardar por siempre en el recuerdo, con una Estrella que demostró que si, como decía la saeta, mandaba en los difíciles años 30 del siglo XX, sin duda aún sigue haciéndolo en este complicado siglo XXI.