martes, 30 de junio de 2015
EL CORAZÓN DE JESÚS, EN BESAMANOS
El pasado fin de semana se celebró el besamanos a la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en la Parroquia de la Inmaculada Concepción, sede de esta hermandad que se encuentra celebrando su 75 aniversario fundacional.
Para este culto interno, la talla de Antonio Illanes se situó en el presbiterio del templo de Nervión, en el centro de un sencillo montaje conformado por diferentes enseres. Así, flanqueaban al Señor dos jarras plateadas con una variedad floral compuesta de rosas de color blanco, rojo y morado, además de claveles rojos. Esta misma combinación estaba en un centro a los pies del Señor, aunque aquí también se añadieron gladiolos.
Completaban el montaje ocho candeleros (cuatro detrás de cada jarra) del paso de palio de la Virgen de Consolación, de la vecina Hermandad de la Sed, con cera blanca, y dos de los faroles dorados del paso del Sagrado Corazón. Finalmente, en un extremo del presbiterio estaba situado el estandarte corporativo.
viernes, 26 de junio de 2015
SEVILLA EN JEREZ (XXVI): Ecos universitarios en el barrio de Santiago
La Hermandad de la Buena Muerte de Jerez de la Frontera es la protagonista del capítulo XXVI de la serie "Sevilla en Jerez". Se trata de una hermandad fundada en 1956, impulsada por la asociación de padres y antiguos alumnos del Colegio del Patronato Católico de Nuestra Señora de la Merced. Su sede canónica es la monumental Iglesia de Santiago, del barrio flamenco del mismo nombre, cuyo larguísimo periodo de cierre parece estar más cerca de terminar con la próxima finalización de las obras de restauración en las que está inmersa.
Hay que subrayar que entre los fundadores de la hermandad se encontraba Fernando Cano-Romero, quien fuera pregonero de la Semana Santa de Sevilla en 2012 y del que ya hablamos en esta serie de artículos al referirnos a la Hermandad del Soberano Poder (ver aquí).
En la capilla de dicho colegio ya existía la llamada Congregación del Santísimo Niño Jesús, devoción que se decide incorporar a la nueva hermandad. Desde el principio se tuvo claro que el titular de la cofradía sería una imagen de Cristo crucificado, decantándose por la advocación de la Buena Muerte.
No es casual esta advocación, dado que los cofrades jerezanos ponen sus ojos en la Hermandad de los Estudiantes de Sevilla, encargando para ello en 1957 al imaginero Antonio Castillo Lastrucci la talla de un crucificado inspirado precisamente en el Cristo universitario de Juan de Mesa; un modelo que Castillo utilizaría en diversas tallas de crucificado a lo largo de su vida.
Todo en este crucificado jerezano recuerda al de los Estudiantes; desde la posición del cuerpo, la caída de la cabeza y el sudario abierto en la cadera derecha, hasta el 'titulus crucis' con la inscripción de un simple 'INRI' en letras de gran tamaño.
Pero es que, además, también el paso procesional del Cristo de la Buena Muerte de Jerez está claramente inspirado en el que Francisco Olivera diseñó y talló para la cofradía hispalense, de líneas rectas y estilo renacentista. En el caso del paso de Jerez, su autor fue Francisco Barroso, quien lo talló en 1962 para su estreno en la Madrugada del Viernes Santo del año siguiente. Cuenta con los cuatro evangelistas en las esquinas y cuatro hachones con cera color tiniebla.
Tal fue la vinculación entre ambas hermandades desde la fundación de la jerezana, que en su primera estación de penitencia formaron parte del cortejo el estandarte y las insignias de los Estudiantes, hermandad que también amadrinó la bendición del crucificado.
La Hermandad de la Buena Muerte tiene como titular mariana a la Virgen del Dulce Nombre, talla realizada también por Antonio Castillo Lastrucci y que fue bendecida en Jerez en 1964. Sobre esta imagen ha circulado siempre una historia que la emparentaría igualmente con una cofradía sevillana, aunque la cosa no está tan clara.
En 1959 un jovencísimo Adolfo Arenas Castillo, nieto de Castillo Lastrucci, ex presidente del Consejo de Cofradías de Sevilla y ex hermano mayor de la Hiniesta, donó a la Hermandad del Gran Poder una dolorosa tallada por su abuelo, quién sabe si con la intención de que sustituyera a la dolorosa actual, atribuida por muchos autores a Blas Molner.
Al no darle culto, la hermandad del Señor de Sevilla se la devolvió unos años después al donante. A partir de aquí, una teoría muy extendida defiende que cuando la Hermandad de la Buena Muerte de Jerez encargó a Castillo Lastrucci una dolorosa, éste les dio la Virgen que había pasado por el Gran Poder.
Sin embargo, la propia cofradía jerezana aclara que su Virgen del Dulce Nombre no tiene nada que ver con esa dolorosa, sino que se trata de una imagen tallada en principio para una hermandad de Córdoba y que, al verla en el taller de Castillo, acordaron inmediatamente su adquisición.
Lo cierto es que hoy en día es fácil detectar diferencias entre aquella Virgen que donó Adolfo Arenas a la Hermandad del Gran Poder y la Virgen del Dulce Nombre de Jerez.
Descartado que aquella Virgen que formó parte de manera fugaz del patrimonio de la Hermandad del Gran Poder acabara en Jerez, la pregunta es qué fue de dicha imagen. La explicación es muy sencilla: aquella dolorosa, tras ser retallada por Antonio Joaquín Dubé de Luque, fue bendecida en 1967 como María Santísima de la Soledad y es hoy la dolorosa que procesiona bajo palio en la Hermandad de los Servitas. Los hermanos Juan de Dios y Esteban Pechero Guinea fueron los encargados de adquirir la talla y de donarla a la cofradía servita.
En cuanto a la Virgen del Dulce Nombre de Jerez, sale a las calles en un palio sin bordar confeccionado por Ildefonso Jiménez, con orfebrería de Villarreal de estilo neogótico.
Es digno de destacar que, al pertenecer al barrio de Santiago, tan impregnado de la tradición del arte flamenco, son innumerables las saetas que tanto el Cristo de la Buena Muerte como la Virgen del Dulce Nombre reciben fundamentalmente en la mañana del Viernes Santo, en su regreso al barrio tras realizar su estación de penitencia. Y ello, pese a que el cierre de la Iglesia de Santiago obliga a la hermandad a salir cada Madrugada desde la Basílica de la Merced, donde reside la Patrona de la ciudad gaditana.
Hay que subrayar que entre los fundadores de la hermandad se encontraba Fernando Cano-Romero, quien fuera pregonero de la Semana Santa de Sevilla en 2012 y del que ya hablamos en esta serie de artículos al referirnos a la Hermandad del Soberano Poder (ver aquí).
En la capilla de dicho colegio ya existía la llamada Congregación del Santísimo Niño Jesús, devoción que se decide incorporar a la nueva hermandad. Desde el principio se tuvo claro que el titular de la cofradía sería una imagen de Cristo crucificado, decantándose por la advocación de la Buena Muerte.
No es casual esta advocación, dado que los cofrades jerezanos ponen sus ojos en la Hermandad de los Estudiantes de Sevilla, encargando para ello en 1957 al imaginero Antonio Castillo Lastrucci la talla de un crucificado inspirado precisamente en el Cristo universitario de Juan de Mesa; un modelo que Castillo utilizaría en diversas tallas de crucificado a lo largo de su vida.
Cristo de la Buena Muerte, de Castillo Lastrucci (1957)
Todo en este crucificado jerezano recuerda al de los Estudiantes; desde la posición del cuerpo, la caída de la cabeza y el sudario abierto en la cadera derecha, hasta el 'titulus crucis' con la inscripción de un simple 'INRI' en letras de gran tamaño.
Pero es que, además, también el paso procesional del Cristo de la Buena Muerte de Jerez está claramente inspirado en el que Francisco Olivera diseñó y talló para la cofradía hispalense, de líneas rectas y estilo renacentista. En el caso del paso de Jerez, su autor fue Francisco Barroso, quien lo talló en 1962 para su estreno en la Madrugada del Viernes Santo del año siguiente. Cuenta con los cuatro evangelistas en las esquinas y cuatro hachones con cera color tiniebla.
Los pasos de los Cristos de la Buena Muerte de Jerez y Sevilla (Foto Jerez: elhachoncofrade.blogspot.com)
Tal fue la vinculación entre ambas hermandades desde la fundación de la jerezana, que en su primera estación de penitencia formaron parte del cortejo el estandarte y las insignias de los Estudiantes, hermandad que también amadrinó la bendición del crucificado.
La Hermandad de la Buena Muerte tiene como titular mariana a la Virgen del Dulce Nombre, talla realizada también por Antonio Castillo Lastrucci y que fue bendecida en Jerez en 1964. Sobre esta imagen ha circulado siempre una historia que la emparentaría igualmente con una cofradía sevillana, aunque la cosa no está tan clara.
En 1959 un jovencísimo Adolfo Arenas Castillo, nieto de Castillo Lastrucci, ex presidente del Consejo de Cofradías de Sevilla y ex hermano mayor de la Hiniesta, donó a la Hermandad del Gran Poder una dolorosa tallada por su abuelo, quién sabe si con la intención de que sustituyera a la dolorosa actual, atribuida por muchos autores a Blas Molner.
Al no darle culto, la hermandad del Señor de Sevilla se la devolvió unos años después al donante. A partir de aquí, una teoría muy extendida defiende que cuando la Hermandad de la Buena Muerte de Jerez encargó a Castillo Lastrucci una dolorosa, éste les dio la Virgen que había pasado por el Gran Poder.
Sin embargo, la propia cofradía jerezana aclara que su Virgen del Dulce Nombre no tiene nada que ver con esa dolorosa, sino que se trata de una imagen tallada en principio para una hermandad de Córdoba y que, al verla en el taller de Castillo, acordaron inmediatamente su adquisición.
Lo cierto es que hoy en día es fácil detectar diferencias entre aquella Virgen que donó Adolfo Arenas a la Hermandad del Gran Poder y la Virgen del Dulce Nombre de Jerez.
La Virgen donada por Adolfo Arenas al Gran Poder junto a la Virgen del Dulce Nombre de Jerez (Foto Jerez: elartedevestiralavirgen.es)
Descartado que aquella Virgen que formó parte de manera fugaz del patrimonio de la Hermandad del Gran Poder acabara en Jerez, la pregunta es qué fue de dicha imagen. La explicación es muy sencilla: aquella dolorosa, tras ser retallada por Antonio Joaquín Dubé de Luque, fue bendecida en 1967 como María Santísima de la Soledad y es hoy la dolorosa que procesiona bajo palio en la Hermandad de los Servitas. Los hermanos Juan de Dios y Esteban Pechero Guinea fueron los encargados de adquirir la talla y de donarla a la cofradía servita.
En cuanto a la Virgen del Dulce Nombre de Jerez, sale a las calles en un palio sin bordar confeccionado por Ildefonso Jiménez, con orfebrería de Villarreal de estilo neogótico.
Paso de palio de la Virgen del Dulce Nombre
Es digno de destacar que, al pertenecer al barrio de Santiago, tan impregnado de la tradición del arte flamenco, son innumerables las saetas que tanto el Cristo de la Buena Muerte como la Virgen del Dulce Nombre reciben fundamentalmente en la mañana del Viernes Santo, en su regreso al barrio tras realizar su estación de penitencia. Y ello, pese a que el cierre de la Iglesia de Santiago obliga a la hermandad a salir cada Madrugada desde la Basílica de la Merced, donde reside la Patrona de la ciudad gaditana.
jueves, 25 de junio de 2015
LA FE PATAS ARRIBA
De los gestores de cualquier institución, así, en general, uno espera que dediquen sus esfuerzos a solucionar problemas y no a crearlos. Lo que uno nunca espera es, precisamente, todo lo contrario, y menos de un gestor que no es cualquiera, sino que es el máximo responsable de la Iglesia Católica, como es el Papa; ése que en mi libro de religión del 'cole' decían que es infalible.
Pues bien, el Papa Francisco parece decidido a coger el toro por los cuernos y a poner fin a un intenso conflicto que mantiene desde hace tiempo posturas irreconciliables en dos facciones claramente diferenciadas. No, no me estoy refiriendo al conflicto entre Israel y Palestina. No. Sino al gravísimo desencuentro entre católicos y ortodoxos, que tienen el valor de celebrar la Pascua de Resurrección en fechas diferentes. ¡Habrase visto!
Ah, ¿que usted, querido lector, no estaba al tanto de las gravísimas consecuencias de esta disparidad en el calendario de la fe...? No pasa nada. Yo tampoco. Básicamente porque no tengo ortodoxos entre mis amistades más cercanas. Ni entre las más lejanas. Y, llámeme despreocupado o inconsciente, si quiere. Pero la verdad es que he de reconocer que no me importa mucho la fecha en que cada cristiano que habita nuestro mundo celebre la Resurrección del Señor. Lo importante, eso sí, es que se celebre.
El caso es que el Papa, infalible, como ya decíamos, ha decidido que católicos y ortodoxos debemos celebrarla a la vez porque sí. Y la mejor solución es fijar una fecha inamovible cada año para la Semana Santa, de forma que el Domingo de Ramos siempre sea el primer domingo de abril, para que la Pascua de Resurrección se inicie el segundo domingo de dicho mes.
Está por ver que los ortodoxos, que son muy suyos ellos, accedan a adaptar su propio calendario. Pero ahí está la propuesta del Vaticano para, de momento, volver locos a los turistas que anden ya buscando hoteles para la próxima Semana Santa, ya sea para ver procesiones o para irse a la playita o a una casa rural.
En Sevilla, donde el recientemente resucitado, sin Pascua ni nada, Cecop aún no se ha pronunciado al respecto, ya hemos empezado a apelar a la poesía para hablar de la luna de Nisán, que hasta ahora ha marcado la fiesta principal de la ciudad, de las fechas en que brota el azahar y hasta de la pluviometría habitual de la primera semana de abril. Sobre lo de celebrar la Semana Santa cuando no es Semana Santa tampoco se ha comentado mucho en sí. Al fin y al cabo, aquí estamos acostumbrados a ver Cristos y Vírgenes dolientes en cualquier momento del año, en procesiones extraordinarias, ordinarias y mediante las ya clásicas asociaciones de capiroteros, capaces éstas de montar hasta dos procesiones para llevar a un Cristo a un altar en la Cuesta del Rosario con motivo del Corpus.
Lo que hay que analizar va más allá de una cuestión de infraestructura urbana, mucho más allá de asuntos como cuándo empezamos a montar los palcos y ponemos la 'rampla' en el Salvador. Más allá, incluso, de cómo esta modificación afectará a otras fechas importantes para cualquier católico, como la Cuaresma, Pentecostés o el Corpus Christi. De lo que estamos hablando es de aspectos vitales para nuestra fe, para la que la tradición es fundamental, aunque sólo sea para no dar la razón a quienes ven en la religión algo arbitrario e imaginario a merced de los caprichos de un Papa, por muy infalible que éste sea.
La Conferencia Episcopal Española ya decidió hace años cargarse la fiesta del Corpus Christi, cambiándola de fecha. Afortunadamente, Sevilla se libró de aquel caprichito y el Corpus sigue siendo en jueves, por más que la propia Iglesia hispalense nos aclare que una cosa es cuándo se celebra la procesión de la Catedral y otra cosa es la festividad litúrgica. Miren ustedes, para mí el Corpus es el jueves y lo del domingo es un apéndice que alguien se inventó. Así de sencillo.
Pero es que si tenemos en cuenta que Benedicto XVI se levantó un día con ganas de quitarnos a los Reyes Magos, negando su propia existencia, y otro día nos sorprendió diciendo que la Última Cena del Señor no fue el Jueves Santo, sino que la fecha de la reserva en el Cenáculo fue dos días antes, uno ya no sabe cómo defenderse ante ateos y agnósticos, que ven demostrada su teoría de la falsedad de la religión cuando cada cierto tiempo los propios líderes de nuestra fe nos sorprenden poniendo patas arriba aspectos fundamentales de nuestro sistema de creencias.
El Corpus ya no es el Corpus, los Reyes Magos no eran nadie, la Cena no fue cuando nos contaron y ahora resulta que ni la Cuaresma, ni la Semana Santa, ni la Pascua de Resurrección, ni Pentecostés (con su romería del Rocío incluida) van a ser cuando siempre han sido.
Querido Papa actual, y cuantos vengan detrás: con todo el respecto posible a su indudable infalibilidad, de la que me dio por dudar en el colegio y me llevé por ello una reprimenda, ¿podrían dejar tranquilita mi fe... y, ya que estamos, también la Semana Santa?
lunes, 22 de junio de 2015
LA VIRGEN DE LA SOLEDAD, EN EL ALTAR MAYOR DE LA PARROQUIA DE SAN LORENZO
La imagen de María Santísima en su Soledad puede verse durante este mes presidiendo la Parroquia de San Lorenzo, ante el retablo del altar mayor del templo, debido a la segunda fase de la restauración de las pinturas murales de su capilla, situada a los pies de la nave del Evangelio.
En concreto, tras una tela de color negro con la cruz de San Juan en blanco, como la que llevan los nazarenos de la hermandad en su estación de penitencia el Sábado Santo, Manuel Antonio Ruiz-Berdejo está llevando a cabo una serie de actuaciones de limpieza y mantenimiento de las pinturas de la capilla de la Soledad, después de una primera fase que tuvo lugar en el verano de 2013.
De esta forma, desde primeros de este mes, la Virgen de la Soledad se encuentra al fondo del presbiterio del templo, a los pies del retablo principal, entre diferentes candeleros dorados con cera blanca y jarras plateadas con flores.
Al margen de esta circunstancia puntual, hay que recordar que, desde hace algunos años, las dos dolorosas con sede en San Lorenzo suelen presidir el templo en Semana Santa en sus respectivos pasos procesionales. Así, hasta el Martes Santo lo preside la Virgen del Dulce Nombre y posteriormente, hasta el final de la Semana Santa, lo hace la Soledad.
sábado, 20 de junio de 2015
LA O APRUEBA LA SALIDA EXTRAORDINARIA DE SU PASO DE PALIO EN OCTUBRE DE 2016
La Hermandad de la O, reunida en la noche de este viernes en cabildo general, ha aprobado un amplio programa de actos y cultos extraordinarios para conmemorar el 450 aniversario de la fundación de la corporación, efeméride que se celebra en 2016.
Dicho programa, que tendrá que ser refrendado por el Arzobispado de Sevilla, se cerrará con una procesión extraordinaria de la Virgen de la O en su paso de palio por las calles de Triana el sábado 29 de octubre del próximo año. Pero antes de eso, se celebrarán una serie de actos que la hermandad expone con detalle en su web.
Así, el próximo 11 de diciembre se presentará el cartel y el programa de actos y cultos extraordinarios. Ese mismo día tendrá lugar la conferencia titulada "Las cofradías en Triana en el siglo XVI. El origen de la Hermandad de la O".
Ya en 2016, entre el viernes 22 y el domingo 31 de enero estará abierta, en un lugar aún por determinar, la exposición "Los pasos de la O a lo largo de sus 450 años de historia". Y al día siguiente de la clausura, el lunes 1 de febrero, habrá una función en honor de Santa Brígida. Hay que tener en cuenta que la Hermandad de la O surgió de la comunidad que regentaba un hospital dedicado a Santa Brígida, existente en la calle Real de Castilla al menos desde finales del siglo XV. Esta santa, patrona de la fertilidad de los frutos y del ganado, y venerada según la tradición como auxiliar en el parto de la Virgen, fue titular de la hermandad hasta el siglo XVIII.
Por otro lado, los días 20 y 27 de enero, y 3 de febrero, se desarrollarán las Jornadas de Reflexión sobre la Doctrina del Papa Francisco, a raíz de la publicación de la "Misericordiae vultus", bula de convocatoria del Jubileo Extraordinario de la Misericordia. Con este mismo motivo, durante la Pascua, aunque aún sin fecha definida, tendrá lugar un encuentro formativo de los jóvenes de las hermandades de Triana.
El viernes 19 de febrero, se celebrará un vía crucis extraordinario con la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno por el barrio, mientras que una semana más tarde será la Exaltación de los 450 años de historia de la Hermandad de la O, en el salón de actos del Colegio Salesiano de San Pedro.
La Virgen de la O gloriosa tendrá también una salida extraordinaria en 2016, en este caso coincidiendo con la festividad del Corpus Christi. Así, el domingo 29 de mayo se trasladará en Rosario de la Aurora desde su templo hasta la Parroquia de Santa Ana para unirse a la procesión eucarística de Triana.
El programa de actos continuará el 2 de junio, coincidiendo con el noveno aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de la O. Este día se celebrará un homenaje a los hermanos más antiguos de la hermandad.
Al ser la Hermandad de la O una corporación sacramental, el domingo 18 de septiembre habrá una procesión eucarística desde la Parroquia de Santa Ana hasta la Parroquia de la O, con el Santísimo Sacramento en la custodia del Corpus de Triana. Finalmente, como queda dicho, el 29 de octubre saldrá bajo palio la Virgen de la O por las calles del antiguo arrabal, habiéndose descartado, como ocurrió con la Coronación Canónica, el traslado de la dolorosa de Castillo Lastrucci hasta la Catedral.
Se trata de un ambicioso programa conmemorativo el previsto por la Hermandad de la O, que tendrá que ver si el Arzobispado lo admite, teniendo en cuenta que consta de hasta cuatro salidas extraordinarias de sus titulares (vía crucis del Nazareno, participación de la O gloriosa en el Corpus, procesión eucarística y salida del palio).
jueves, 18 de junio de 2015
LAS HUELLAS DEL SEÑOR
El Real Círculo de Labradores acogió hasta el pasado domingo la exposición "Las huellas del Señor", dentro de los actos que ha programado la Hermandad del Gran Poder para conmemorar el 50 aniversario de su Basílica, que fue bendecida el 28 de mayo de 1965 por el arzobispo José María Bueno Monreal.
La muestra se ha organizado de forma que no sólo se han podido conocer documentos y fotografías relativas a la construcción del templo, sino como un repaso a las huellas que el Señor ha dejado por las diferentes sedes por las que ha ido pasando a lo largo de la historia de la hermandad, así como esas otras huellas, las devocionales, que han hecho del Nazareno de Juan de Mesa el Señor de Sevilla.
Durante el tiempo que la exposición ha estado abierta al público, se han situado en los lugares que en algún momento fueron sede de la Hermandad del Gran Poder una serie de paneles que los identificaban como parte de la historia de la corporación, entre ellos la propia sede del Círculo de Labradores, antiguo Colegio de San Acasio.
Analizamos la exposición, ubicada en el patio del Círculo de Labradores, repasando cada panel y pieza expuesta, comenzando con el panel inicial, que explicaba el sentido de la muestra e incluía la presencia del azulejo del Señor del Gran Poder realizado por Manuel Rodríguez y Pérez de Tudela en 1921, y que actualmente se encuentra en el Columbario de la Basílica.
Seguidamente, en otro panel se mostraba el mapa de la ciudad de Sevilla de Pablo de Olavide, donde se señalaba la ubicación de las primeras sedes de la Hermandad del Gran Poder, indicando que a comienzos del siglo XV aparecen ya noticias de la corporación, vinculadas al Monasterio de Santo Domingo, conocido como de San Benito. Hay dudas razonables sobre si dicho monasterio es el de Silos, ubicado extramuros y del cual se conserva la iglesia en el arrabal de la Calzada, o el de la orden de Calatrava, junto a la calle de ese nombre y cuya memoria más visible es la Iglesia de Nuestra Señora de Belén.
El nombre original de la hermandad fue del Santísimo Poder y Traspaso de Nuestra Señora, el cual evolucionó con el tiempo: a finales del siglo XVII ya figura la expresión del Gran Poder, en alusión directa al Señor, y en el XVIII se añadirá a la Virgen el título del Mayor Dolor.
No habían transcurrido muchos años de esas primeras referencias cuando, entre 1439 y 1442, está documentado su traslado a una de las capillas de la iglesia del Convento de Santiago de los Caballeros, conocido como Santiago de la Espada, donde permanecería hasta mediados del siglo XVI. En esta época crucial para la historia de la ciudad, la corporación vive también momentos importantes: la aprobación de las primeras reglas conservadas tiene lugar en 1570, y este hecho acontece ya en el Convento de Nuestra Señora del Valle, convertido en sede de la hermandad entre 1544 y finales del XVII.
Es precisamente en el Convento del Valle, actual Santuario de los Gitanos, donde la hermandad incorpora las tallas del Señor y de San Juan, ambas de Juan de Mesa. Por este motivo, el siguiente panel de la exposición mostraba el contrato de hechura de ambas imágenes, a las que se refiere como "un Cristo con la cruz a cuestas y un San Juan Evangelista", encargadas por la "Cofradía de Nuestra Señora del Traspaso".
El siglo XVII resultó de lo más rico para la Hermandad del Gran Poder desde el punto de vista patrimonial. Y es que no sólo se tallaron el Señor y a San Juan, sino que en 1688 la hermandad encargaría a Francisco Antonio Gijón, autor del Cachorro, la talla del paso procesional que aún se conserva y que supuso el inicio de un modelo artístico de paso que perdura hasta nuestros días en obras actuales. El paso vino acompañado, además, de la cruz de guía del mismo autor, que también es la que más de tres siglos después sigue abriendo el cortejo de la cofradía cada Madrugá.
El siglo XVII terminó con un proyecto frustrado de construcción de una capilla propia en el Convento de los Trinitarios Descalzos, junto a la actual Plaza del Cristo de Burgos, y con el traslado temporal a San Acasio, hoy Círculo de Labradores.
Y así llegamos al siglo XVIII. En 1703 tiene lugar el traslado de la Hermandad del Gran Poder a la que ha sido la sede donde ha permanecido más tiempo: la Parroquia de San Lorenzo, en la que la corporación estuvo durante 262 años. En la capilla conocida como de los Perogullano, donde actualmente reciben culto las imágenes de la Hermandad de la Bofetá, es donde comenzarían a celebrarse a partir de mediados del XVIII los llamados viernes del Señor, y donde en 1768 se inició la Novena y la Función de la Epifanía.
Antes de continuar con el recorrido de las sedes del Gran Poder, hay que destacar la presencia de un panel dedicado a tres importantes personalidades muy vinculadas a la corporación. De izquierda a derecha, se podía ver en primer lugar al Cardenal Marcelo Spínola, que fue párroco de San Lorenzo y posteriormente arzbispo de Sevilla entre finales del siglo XIX y principios del XX, nombrado hermano mayor perpetuo y cuyo retrato, pintado por Manuel González Santos en 1910, preside aún hoy los cabildos de oficiales de la junta de gobierno. A su lado, se encontraba el beato Diego José de Cádiz, autor de la Novena al Señor del Gran Poder en el siglo XVIII, pintado por Andrés Cánovas en el XIX. Finalmente, en un retrato de autor anónimo fechado hacia 1780 se veía a José de Benjumea, importante mecenas, él y su familia, de la hermandad entre los siglos XVIII y XIX. De hecho, fue quien encargó en 1798 la actual imagen de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso.
En este mismo panel se mostraba un grabado de José Braulio Amat (1784), una litografía del Señor en su paso del litógrafo A. Chaman y el dibujante Carlos Santigosa (hacia 1850) y la convocatoria de la Novena al Gran Poder de 1877.
Siguiendo con los paneles relativos a las sedes de la hermandad, se mostraban más fotografías en San Lorenzo, como la de 1950 con el Señor en el camarín donde actualmente se encuentra la Virgen del Dulce Nombre; el paso de palio con la Virgen y San Juan en 1890; y el paso del Señor en la puerta de San Lorenzo en 1862.
Y más fotografías, éstas de entre 1920 y 1945, en un panel donde se explicaba la adopción del apelativo de "Cisquero" para el Señor, así como la creación de la bolsa de caridad de la hermandad a iniciativa del Cardenal Spínola.
A continuación, llamaban la atención dos grandes fotomontajes de Fran Lorka, realizados a partir de dos fotografías del rostro del Gran Poder, una antigua en blanco y negro, y otra actual en color, y con centenares de rostros de hermanos de la cofradía. Dos piezas con las que se quería representar que la devoción al Señor es algo que se extiende a lo largo del tiempo y que une a multitud de miradas y emociones individuales.
Con el final del siglo XIX y el inicio del XX, hay una renovación estética de la hermandad a través de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, autor de los bordados del paso de palio y de la túnica persa del Señor. También se crea su besamanos. La devoción no hace sino crecer y empiezan a surgir las primeras voces que indican que la capilla de San Lorenzo se ha quedado pequeña.
Y así se dan los primeros proyectos de construcción de un nuevo templo para el Señor del Gran Poder. El primer proyecto es del arquitecto Aníbal González, quien en 1927 diseñó un templo junto a San Lorenzo, precisamente donde hoy se levanta la Basílica, en el edificio de la Jefatura de Obras Públicas. Ese proyecto se olvida pronto y surgen otros ofrecimientos e ideas para la ubicación de la hermandad, como el Palacio del Marqués de Aracena en la actual Plaza de la Magdalena, el cuartel de la Plaza de la Gavidia o el antiguo templo jesuíta de San Hermenegildo.
Por unas razones u otras, se desecharon estas opciones, hasta que en 1957 la hermandad firma una opción de compra del mencionado edificio de la Jefatura de Obras Públicas, que quedaría libre finalmente en 1960.
Los arquitectos Antonio Delgado Roig y Alberto Balbontín de Orta realizaron en 1959 el proyecto del templo del Gran Poder, con un camarín inspirado en la decoración de la capilla de San Lorenzo, y una bóveda similar a la del Panteón de Roma. En cuanto a la fachada, fue diseñada siguiendo un estilo claramente barroco.
Así, por fin en mayo de 1965 los dos pasos de la Hermandad del Gran Poder salieron por última vez de la Parroquia de San Lorenzo en un traslado que, previamente, los condujo hasta la Catedral, donde tuvo lugar la celebración del Te Deum, regresando a San Lorenzo en la madrugada del viernes 28 de mayo, pero no para entrar en la parroquia, sino en su nuevo templo, consagrado y bendecido esa misma tarde por el arzobispo Bueno Monreal.
El 29 de diciembre de 1992, el Papa Juan Pablo II dictó la bula por la cual el templo del Gran Poder se convertía en Basílica Menor, cuya ceremonia de dedicación presidió el arzbobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, siendo hermano mayor Antonio Ríos. Roma reconocía así la importancia devocional que este templo que ahora cumple 50 años tiene para la Iglesia de Sevilla.
La exposición incluía otros paneles ubicados en el centro del patio. En uno de ellos se mostraba el cartel conmemorativo del 25 aniversario de la Basílica, pintado por Joaquín Sáenz en 1990.
También se exponía la bula pontificia de declaración del templo como Basílica Menor, firmada en 1992 por el secretario de Estado del Vaticano.
Veíamos junto a ésta dos bocetos de Delgado Roig y Balbontín de Orta de su proyecto arquitectónico: una visión del interior y otra de la fachada durante la salida del paso del Señor.
Del año 1964 es una colección de sellos editada para colaborar económicamente en la edificación del nuevo templo del Gran Poder.
A su lado, se mostraba una colección de estampas y postales de entre los años 1890 y 1975.
Asimismo, se exponía un cuadro con una pintura del Señor del Gran Poder realizada por Manuel Galiano en 1928.
Veíamos también dos paneles muy interesantes: uno con 24 fotos de la Plaza de San Lorenzo, todas ellas desde el mismo ángulo, viéndose las puertas de la Basílica y de la parroquia, en distintas épocas del año; y el otro panel tenía el mismo número de fotos desde el interior de la Basílica, también en diferentes momentos del año, destacando especialmente las fotografías de la Cuaresma y la Semana Santa, con los pasos montados; una foto incluso está realizada en la Madrugá del Viernes Santo, cuando el paso del Señor ya está en la calle y espera su turno el palio de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso entre los últimos nazarenos del cortejo.
Otro panel estaba dedicado al cartel del 50 aniversario de la Basílica, obra de Daniel Bilbao, junto al que se podían ver los diferentes bocetos realizados por el pintor hasta dar con la composición definitiva, que incluye el rostro del Señor y la planta arquitectónica del templo.
Terminamos el recorrido por la exposición con el panel titulado "Huellas y presencias del Señor", consistente en un enorme mapa actual de Sevilla que recogía la ubicación de exacta de 36 retablos cerámicos dedicados al Gran Poder ubicados por toda la ciudad, en los que también se manifiestan las huellas del Señor.