miércoles, 29 de noviembre de 2017
NUESTRO PADRE JESÚS DE LA HUMILDAD, NUEVA IMAGEN PARA EL SANTO ÁNGEL
El Convento Carmelita del Santo Ángel cuenta con una nueva imagen entre su amplio patrimonio artístico, gracias a la donación de un Cristo con la iconografía del Ecce Homo que ha sido tallado por el imaginero de Dos Hermanas Antonio Luis Troya, y que recibe la advocación de Nuestro Padre Jesús de la Humildad.
Fue el pasado viernes cuando se bendijo esta nueva talla en el presbiterio del Santo Ángel, aunque esta semana ya ha pasado al que será su emplazamiento definitivo en el templo, la capilla de la Virgen del Carmen, situada a los pies de la nave de la Epístola.
Los diseñadores Victorio y Lucchino han sido los encargados de confeccionar la vestimenta de este Cristo, que está realizado en madera de cedro real, policromado al óleo y que tiene una altura de 1,80 metros.
El propio imaginero explicaba su obra, indicando que "representa el momento en el que, una vez pronunciada la sentencia de muerte, Jesús se encamina a tomar la cruz". "Jesús aparece maniatado y lleno de heridas después del sufrimiento de la flagelación, en actitud de caminar. La cabeza está ligeramente inclinada hacia abajo, dejando caer levemente la mirada, que busca la comunicación con los fieles".
Nuestro Padre Jesús de la Humildad es el primer Cristo salido de las gubias de Antonio Luis Troya que recibirá culto en Sevilla capital, pese a que el imaginero, de treinta años de edad, tiene varias obras tanto en su ciudad natal como en Málaga, León e incluso Roma, Panamá y México.
martes, 28 de noviembre de 2017
LA VIRGEN DE LA CARIDAD, EN BESAMANOS CON SU MANTO RECIÉN RESTAURADO
La imagen de María Santísima de la Caridad, de la Hermandad del Baratillo, estuvo expuesta en besamanos el pasado domingo, para lo que vestía su manto procesional, cuya restauración a cargo del taller de Sucesores de Caro fue el gran estreno de la hermandad el pasado Miércoles Santo (ver).
Asimismo, lucía saya de tisú bordada en oro, la corona procesional y un fajín militar de color rojo con cuatro entorchados y borlones dorados. La Virgen de la Caridad, que se encontraba elevada sobre una fina peana de plata, contaba en el pecherín con un puñal y con la réplica de la Medalla de la Ciudad, al ser una dolorosa coronada canónicamente. Finalmente, sujetaba un rosario con cada mano, siendo la derecha la que ofrecía a los devotos.
Con la Virgen de la Piedad y el Cristo de la Misericordia ocupando de forma provisional el altar de la Caridad, el retablo mayor de la capilla estaba cubierto con un cortinaje de terciopelo rojo, ante el que se colocó el dibujo externo del techo de su paso de palio. Ante el cortinaje se dispusieron cuatro altos blandones dorados con cera blanca colocados dos a cada lado; y entre cada pareja, había una jarra del palio situada sobre un pie de base cuadrada forrado de terciopelo azul.
Más adelantados, veíamos dos jarras más a cada lado a diferentes alturas y un candelabro de plata sobre columnas de madera dorada y fuste salomónico. Completaba el altar la presencia del estandarte corporativo de la hermandad en el lado izquierdo.