viernes, 27 de abril de 2018
VÍSPERA DE CORPUS ANTICIPADA CON EL TRASLADO DE LA HINIESTA A LA CATEDRAL
La Hermandad de la Hiniesta vivió ayer lo que a todas luces parecía la víspera de la festividad del Corpus, con la salida desde San Julián de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa durante un traslado procesional que, sin embargo, no acabó en la Plaza de San Francisco, como es habitual, sino en la Catedral.
La Hiniesta Gloriosa fue la imagen designada para presidir este año el Pregón de las Glorias, que tendrá lugar esta tarde, a partir de las ocho y media, en el altar del Jubileo de la Catedral. Desde anoche este altar está presidido por el paso de la Hiniesta, que no será trasladado posteriormente a San Julián, sino que la imagen se quedará en la Parroquia del Sagrario hasta la víspera del Corpus, el próximo 30 de mayo, en que se trasladará, ahora sí, al altar efímero de la Plaza de San Francisco.
Todo comenzó a las seis y media de la tarde en San Julián. Las puertas estaban abiertas desde varios minutos antes con la cruz de guía bajo el arco ojival a la espera de que la Policía Local cortara el tráfico para poder salir. Cuando lo hizo, el cortejo inició su caminar hacia la Catedral en un recorrido distinto al habitual de cada miércoles previo al Corpus, ya que desde San Julián giró a la derecha en Duque Cornejo en lugar de la izquierda. En un traslado extraordinario, un recorrido diferente.
Conformaban el cortejo, tras la cruz de guía entre faroles, diversos hermanos con cirios separados por el guión que recuerda la Coronación Canónica que tuvo lugar el 23 de mayo de 1974 y por la réplica del Pendón de la Ciudad.
Detrás, iban las representaciones de las hermandades que acompañaron a la Hiniesta durante todo el recorrido, que fueron las de Santa Lucía, la Pastora de Triana, el Carmen de San Leandro, el Corpus Christi, San Hermenegildo, la Resurrección y el Rosario de San Julián. Finalmente, el propio estandarte corporativo de la Hiniesta daba paso a la presidencia y al cuerpo de acólitos.
La familia Ariza volvió a encargarse de comandar el paso de la Hiniesta, que para esta ocasión tan especial tenía los respiraderos actuales del paso de palio, en lugar de los antiguos, como suele ocurrir para la salida del Corpus, así como los faldones de terciopelo azul que también forman parte del palio de la Hiniesta Dolorosa, y no los de damasco blanco con los que sale habitualmente la imagen gloriosa.
En el momento de la salida, de la que se encargó Rafael Ariza como capataz, los costaleros tuvieron que agacharse para que el remate del baldaquino no rozara con el dintel. Seguidamente, la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora del Carmen, de Salteras, interpretó el Himno de España, seguido por la marcha "Hiniesta Coronada", que sonaría en varios momentos a lo largo del recorrido.
Con "Salve, Hiniesta", composición de Manuel Marvizón que incluye una parte cantada que sin embargo no se escuchó mientras la banda la interpretaba, el paso de la Hiniesta Gloriosa se introdujo en Duque Cornejo, desde la que después giró a Bordador Rodríguez Ojeda a los sones de "La Estrella Sublime". El repertorio interpretado tras el paso en las primeras calles del recorrido se compuso únicamente de marchas propias de la hermandad, ya que después se pudieron escuchar "Azul y plata", "Hiniesta" en el giro a Padre Manjón, calle en la que la estrechez de un tramo de calzada dificultó un poco el discurrir del paso, "Madre Hiniesta" e "Hiniesta de San Julián", ésta ya al salir a la calle San Luis y alcanzar la iglesia de Santa Marina, ante la que se volvió el paso con la representación de la Hermandad de la Resurrección, que venía acompañando a la Virgen, delante de la puerta. Con el paso parado, los presentes rezaron la Salve.
Aunque hacía muy poco tiempo que había salido, los comentarios de algunos hermanos indicaban que ya iba la cofradía con un cierto retraso, por lo que se quiso aprovechar el resto de la calle San Luis para intentar recuperar.
Así, tras una levantá dedicada a la Hermandad de la Resurrección, a su junta de gobierno y a sus hermanos, el paso se alejó de Santa Marina a los sones de nuevo de "Hiniesta Coronada" y, tras una parada junto a la iglesia de San Luis, siguió con la primera marcha no dedicada a la hermandad que sonó tras la Virgen, que fue "Reina de la O", aunque esta composición fue interrumpida por la banda cuando el paso se detuvo; una absurda manía que está muy lejos de desaparecer...
A continuación, la Hiniesta Gloriosa recorrió lo que quedaba de San Luis y la Plaza de San Marcos con la marcha "La Virgen de Sevilla", tras la que se paró poco antes de alcanzar la calle Bustos Tavera. Ahí se encontraba el hermano mayor de la Cena, Joaquín Solís, por lo que ante él se dedicó la levantá a su hermandad, con la que la Hiniesta comparte jornada procesional en el Domingo de Ramos.
A un ritmo siempre bastante ligero, la Virgen de la Hiniesta, que llevaba un manto de brocado de tono anaranjado, siguió por Bustos Tavera y Doña María Coronel mientras la Banda del Carmen tocaba las marchas "Virgen de las Aguas", "Esperanza Macarena", "Y en Triana, la O" y "Procesión de Semana Santa en Sevilla".
Desde Doña María Coronel, y haciendo a la inversa parte del recorrido habitual de vuelta de las tardes de Corpus, la Hiniesta cruzó hacia la Plaza del Cristo de Burgos, donde sonó la marcha "Aniversario en San Julián", con la que alcanzó la calle Sales y Ferré. Después, con "Sé siempre nuestra Esperanza", siguió hasta girar a la derecha en Boteros y tomó la calle San Juan hasta la Plaza de la Alfalfa con "Pastora de Capuchinos".
A partir de este punto, en pleno centro de la ciudad, una gran cantidad de gente rodeó ya prácticamente hasta la entrada a la Virgen de la Hiniesta, muchos de ellos turistas que intentaban comprender lo que estaban viendo. "¿Cómo se dice pregón en inglés?", preguntaba un chaval que chapurreaba la lengua de Shakespeare para hacer entender a una pareja qué hacía en la calle la 'Virgin Mary'. Más adelante, otro señor preguntaba con acento británico: "¿Esto es Semana Santa?".
Desde la Alfalfa, la Virgin Hiniesta siguió hacia la Cuesta del Rosario con la marcha "A Ti, Manué" y después bajó hasta la Plaza del Salvador con "Triana de Esperanza". Llamó la atención que la parte cantada de la Salve a la Esperanza de Triana que incluye esta marcha se escuchara más, incluso entre propios hermanos de la Hiniesta, que la parte cantada de la "Salve, Hiniesta" en la única vez que se interpretó en la calle, allá en Duque Cornejo.
A continuación, por Entrecárceles y Francisco Bruna llegó con la marcha "Candelaria" la Hiniesta Gloriosa a la Plaza de San Francisco, donde parecían faltar las portadas del Corpus con las que uno asocia la llegada a este punto de la Virgen gótica de San Julián.
Por la calle Granada, el recorrido seguía hacia la Plaza Nueva, donde esperaban a la Hiniesta para unirse a su cortejo prácticamente todas las hermandades de gloria, incluyendo a cofradías de penitencia con algún titular letífico, con sus estandartes corporativos. Desde ahí y hasta entrar en la Catedral estas hermandades ocuparon su lugar en el cortejo desde el andén del Ayuntamiento, al que llegó la Hiniesta Gloriosa con la marcha "Sevilla cofradiera".
Después, tras una levantá "por los familiares que están en el cielo", el paso se acercó hasta la puerta principal del Consistorio, ante la que se volvió. Allí estaba el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, acompañado de otros miembros de la Corporación Municipal. El propio alcalde hizo entrega de un ramo de flores que fue colocado sobre el paso, que después se levantó "por todos los sevillanos", en palabras de Rafael Ariza.
Con la marcha "Azul y plata", la Hiniesta Gloriosa siguió por el andén del Ayuntamiento en dirección a la Avenida de la Constitución.
Ya en la Avenida, la Hiniesta Gloriosa avanzó a los sones de "Pasan los campanilleros" y, antes de seguir, Rafael Ariza dedicó una levantá a Enrique Henares, quien fuera pregonero de la Semana Santa de 2009. Seguidamente, el paso continuó con "Madre Hiniesta", a la que siguieron dos marchas incomprensiblemente interrumpidas cuando el paso se detuvo, una de ellas cuando apenas le quedaban treinta segundos para acabar. Fueron "Hiniesta, Pasión y Gloria" y "María Santísima de la Hiniesta". Sí nos dejó la banda escuchar completas las dos últimas marchas que sonaron en este traslado, que fueron "La Estrella Sublime" e "Hiniesta Coronada", ésta ya mientras el paso giraba para entrar en la Catedral por la puerta de San Miguel. Eran las diez de la noche y veintidós minutos cuando el Himno de España marcaba el momento de la entrada de la Hiniesta Gloriosa en el primer templo de la Archidiócesis.
Una vez dentro de la Catedral, la Virgen de la Hiniesta se dirigió a la Capilla Real, ante la que se situaron todas las representaciones de las hermandades que habían acompañado a la imagen desde el Ayuntamiento.
El paso se volvió ante la Virgen de los Reyes, de forma que la Patrona de la Archidiócesis se encontró frente a frente con la considerada Patrona del Ayuntamiento. Con la Hiniesta ante la Capilla Real, en una parada que se prolongó durante varios minutos, se rezó la Salve. Posteriormente, el paso se levantó para seguir hacia el altar del Jubileo, subiendo por una pequeña rampa situada en el lado derecho.
Con milimétrica precisión, el paso se cuadró para que quedara justo en el centro del altar, sobre el entarimado colocado en esta zona del templo. Una talla de la Inmaculada estaba detrás del paso, mientras que en los laterales se situaban las imágenes de San Isidoro y San Leandro que salen en la procesión del Corpus Christi.
Con la Hiniesta Gloriosa ya ante el altar de Jubileo, donde presidirá esta tarde el Pregón de las Glorias de Juan Manuel Labrador, el traslado se cerró con el cantó de la Salve Regina. La Catedral y la contigua Parroquia del Sagrario serán durante más de un mes la casa de la Hiniesta. Hasta el último día de mayo, festividad del Corpus, no regresará a la Parroquia de San Julián.