sábado, 29 de febrero de 2020
LA COFRADÍA DE HUMILDAD Y PACIENCIA DE JEREZ PRESENTA SU CARTEL DE 2020
La Hermandad de Humildad y Paciencia de Jerez presentó anoche su cartel anunciador de la Semana Santa 2020, realizado a partir de una fotografía de Juan Méndez Guijosa en la que se ve el paso de la corporación llegando a la Parroquia de San Miguel por la calle Conde de Bayona en la noche del Martes Santo del año pasado.
La foto está tomada desde la trasera del paso, lo que permite contemplar la espalda del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, talla anónima del siglo XVII, en este cartel de pronunciado formato vertical enmarcado en color azul.
La rotulación del cartel, con letras amarillas, consta del nombre de la hermandad, su escudo y el año, además de la publicidad que ha permitido costear su edición. Y en vertical, en el lado inferior izquierdo, aparece el nombre del fotógrafo en letras blancas.
viernes, 28 de febrero de 2020
EL CRISTO DE LAS CINCO LLAGAS VISITÓ VARIOS TEMPLOS DURANTE SU VÍA CRUCIS
La Hermandad de la Trinidad celebró el pasado Miércoles de Ceniza su tradicional vía crucis con el Santísimo Cristo de las Cinco Llagas por las calles, visitando a lo largo del recorrido diversos conventos y templos en los que se rezaron algunas de las estaciones.
Llevado por sus hermanos tumbado en andas iluminadas con los guardabrisones estrenados en el Vía Crucis de las Cofradías de 2016 (ver), y guiado por el capataz Carlos Villanueva, el Cristo de las Cinco Llagas salió poco antes de las ocho de la tarde de la Basílica de María Auxiliadora y salió a la Ronda Histórica para cruzar enseguida a Madre Isabel de la Trinidad, siguiendo a un breve cortejo de hermanos con cirios encabezados por la cruz de guía.
El crucificado de Luis Álvarez Duarte tenía corona de espinas, un elemento que no suele llevar en la estación de penitencia de cada Sábado Santo. Además, la base de la cruz contaba con un pequeño exorno floral a base de lirios morados.
La Capilla Musical María Auxiliadora y la Escolanía Salesiana fueron las encargadas de acompañar musicalmente al Cristo de las Cinco Llagas, que en su recorrido paró en primer lugar ante el Beaterio de la Santísima Trinidad, para inmediatamente cruzar hacia la casa natal de Santa Ángela de la Cruz.
A continuación, siguió adelante para pasar junto a la antigua Parroquia de Santa Lucía, lamentablemente perdida para el culto en 1868 y en la que la propia Hermandad de la Trinidad residió provisionalmente durante la invasión francesa.
Por la estrechez de la calle Enladrillada, el Cristo de las Cinco Llagas buscó su siguiente visita, como fue el Convento de las Siervas de María, en la calle Santa Paula. El crucificado entró en el patio del convento, donde fue recibido por las religiosas. Tras el rezo de la estación del vía crucis, el cortejo, que había entrado también en el cenobio a excepción de la escolanía, salió de nuevo en dirección al Convento de Santa Paula, que al igual que el de las Siervas de María recibió al Cristo de las Cinco Llagas como al principio de este mismo mes habían recibido al Cristo de la Buena Muerte, de la Hermandad de la Hiniesta (ver).
Pronto siguió su camino el Cristo de las Cinco Llagas, que buscó después el cercano Convento de Santa Isabel, donde también entró, en este caso hasta el mismo presbiterio de la iglesia, donde estaban algunas de las religiosas filipenses, que participaron en el rezo de la estación correspondiente.
Tras rodear nuevamente la fuente de la Plaza de Santa Isabel, el Cristo de las Cinco Llagas se encaminó a la calle Siete Dolores de Nuestra Señora. La Hermandad de los Servitas, cofradía hermana de jornada, recibió también en su transitar al titular de la corporación trinitaria.
La capilla servita estaba abierta de par en par para que las andas con el Cristo entrasen por completo, accediendo hasta la cabecera del pequeño templo, a los pies del retablo que presiden la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Providencia. Se rezó la estación correspondiente del vía crucis y después el crucificado de Álvarez Duarte salió para pasar junto a la Parroquia de San Marcos y tomar luego la calle Socorro.
Al final de la calle Socorro quedaba únicamente la parada ante la Parroquia de San Román, tras la que el Cristo de las Cinco Llagas volvería a la Basílica por las calles Sol, Madre Isabel de la Trinidad y de nuevo la Ronda hacia su templo, finalizando así el que es cada año el primer vía crucis de la Cuaresma.
LA VIRGEN DE LA DIVINA GRACIA ANUNCIA EL SÁBADO DE PASIÓN 2020 EN PADRE PÍO
La Hermandad de Padre Pío ha presentado esta semana su cartel anunciador de la Semana Santa 2020, protagonizado por la Santísima Virgen Madre de la Divina Gracia. La foto, en la que se ve un plano medio de la dolorosa de la cofradía, es de Javier Reina y fue tomada en la noche del Viernes de Dolores de 2015, durante la última estación de penitencia que la corporación realizó en dicha jornada, pasando al Sábado de Pasión al año siguiente.
La rotulación del cartel se ha insertado en la zona superior, donde se puede leer en letras amarillas "Semana Santa. Padre Pío 2020". Debajo aparece la publicidad de las empresas que han colaborado en la edición, mientras que la autoría queda reflejada en vertical en la franja izquierda.
jueves, 27 de febrero de 2020
BESAMANOS AL CRISTO DE LAS TRES CAÍDAS DE TRIANA EN EL INICIO DE LA CUARESMA
Desde ayer, Miércoles de Ceniza, y hasta mañana permanece expuesto en besamanos en la Capilla de los Marineros el Santísimo Cristo de las Tres Caídas a los pies de la Virgen de la Esperanza, que se encuentra ya vestida de hebrea.
El Cristo caído de Triana está ubicado en el presbiterio alto de la capilla de la calle Pureza, sobre su peana habitual del besamanos, situada a su vez sobre una peana forrada en terciopelo rojo con el escudo de la hermandad en el frontal y con la forma adaptada a los escalones.
Para este culto, el Señor viste la túnica de terciopelo burdeos confeccionada por el Taller de Santa Bárbara en 2008 recreando una anterior de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Fue realizada con motivo del cuarto centenario de la fundación de la Hermandad de las Tres Caídas, que posteriormente se fusionaría con la de la Esperanza. Además, luce las potencias de salida, labradas en oro por Villarreal en 1987.
Flanqueando al Cristo de las Tres Caídas hay dos jarras del paso de palio de la Esperanza sobre sendos pies de madera dorada y con diversas especies florales de tonalidades roja y morada, así como cuatro blandones de plata con cera blanca. Y más hacia los extremos hay unas columnas doradas con las mismas flores.
Detrás, hay un buen número de candeleros iluminando el retablo mayor de la capilla, además de diversas jarras con las flores antes descritas, un manifestador de plata con un crucifijo y dos tallas de ángeles mancebos sujetando faroles sobre columnas de madera dorada.