martes, 30 de junio de 2020
LA SOLEDAD DE SAN BUENAVENTURA, A LOS PIES DEL CRISTO DE LA SALVACIÓN
Las obras de reparación del zócalo contiguo al altar de Nuestra Señora de la Soledad en el Convento de San Buenaventura han obligado al traslado provisional de la dolorosa, que se encuentra durante estos días a los pies del Santísimo Cristo de la Salvación.
Flanqueada por dos faroles de plata sobre sendos pies de base cuadrada con el escudo de la hermandad pintado en el frontal, la Virgen de la Soledad está delante del crucificado, a modo de stabat mater, vestida de luto por las víctimas de la pandemia del coronavirus, como lo está desde primeros de este mes de junio.
La Soledad se encuentra sobre su peana de los besamanos y vestida con manto, saya bordada y mantilla, todo ello de color negro. Con sus manos unidas sujeta tres clavos y una corona de espinas, y además luce un puñal y un aro de estrellas.
Se trata de una buena oportunidad de disfrutar de la contemplación cercana de la imagen de la Virgen de la Soledad que tallara en 1851 Gabriel de Astorga, vestida impecablemente por José Antonio Grande de León.
lunes, 29 de junio de 2020
LA VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO DE JEREZ, EN SU PALIO DURANTE EL TRIDUO
Un paso de palio prácticamente montado al completo, algo inédito en este 2020 para el olvido, es lo que pudo verse días atrás en la Ermita de Guía de Jerez, donde la Hermandad del Perdón ha celebrado el triduo a su dolorosa, María Santísima del Perpetuo Socorro, cuyo altar era su propio palio.
Como si la estación de penitencia del Domingo de Ramos fuera inminente, la Virgen fue entronizada en el paso mirando hacia el exterior por la puerta principal de la ermita, de forma que las eucaristías del triduo se desarrollaron al aire libre, en la zona ajardinada que rodea a este histórico templo gracias a la estancia de la propia hermandad en él. Hasta su llegada, la ermita estaba en ruinas en medio de un solar de tierra absolutamente abandonado.
Cada día del triduo ha estado dedicado a un colectivo que se ha esforzado en estos meses de pandemia trabajando sin descanso por los demás. Así, el jueves se dedicó a la acción social, representada por Cáritas y Costaleros por Nuestros Mayores; el viernes fue el turno de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, representados por la Policía Nacional y la Policía Local; y el sábado, festividad de la Virgen del Perpetuo Socorro, se dedicó a los sanitarios, que estuvieron representados por el Colegio Oficial de Médicos de Cádiz.
Además, los cirios de las primeras filas de la candelería fueron decorados con los emblemas de todas las instituciones vinculadas al servicio a la sociedad durante la pandemia, incluyendo algunas no representadas presencialmente por sus miembros durante el triduo.
Entre la candelería, en la delantera del paso, había una pequeña imagen de San José, titular de la hermandad, mientras que a ambos lados de la puerta se situaron dos reposteros de damasco rojo con el anagrama mariano y la advocación Perpetuo Socorro. Por otro lado, a ambos lados de la mesa de altar estaban el estandarte corporativo y una cruz alzada que reproduce a pequeña escala al Cristo del Perdón.
Durante la celebración del triduo a María Santísima del Perpetuo Socorro, la imagen del Santísimo Cristo del Perdón ha estado presidiendo la capilla ante el camarín del altar y entre cuatro blandones dorados con cera blanca.
La situación que estamos viviendo este año ha motivado un triduo muy especial a la Virgen del Perpetuo Socorro, una advocación muy adecuada a los actuales momentos de incertidumbre. Si a eso le añadimos el aliciente cofradiero de ver por fin a una dolorosa en su paso de palio y que las celebraciones han tenido como escenario la zona ajardinada de la Ermita de Guía, estamos ante un acierto de la jerezana Hermandad del Perdón.
domingo, 28 de junio de 2020
UNA PLACA RECUERDA LA ESTANCIA DE LA HERMANDAD DEL AMOR EN LOS TERCEROS
La Hermandad del Amor descubrió el pasado viernes en la Iglesia de los Terceros una placa para perpetuar el recuerdo de su estancia en dicho templo, donde además se produjeron dos hitos importantísimos en la corporación: la fusión entre las cofradías del Amor y la Entrada en Jerusalén, y el recibimiento y bendición de las actuales imágenes del Cristo del Amor y la Virgen del Socorro, obras de Juan de Mesa.
Se unen así en esta placa, de mármol y con letras doradas, ambos cuartos centenarios celebrados por la Hermandad del Amor en los últimos años, ya que la fusión entre el Amor y la Borriquita tuvo lugar en 1618, mientras que la bendición del crucificado y la dolorosa se produjo en 1620. El hecho de que una misma placa recuerde las dos efemérides tan cercanas en el tiempo se debe a que hace dos años la Iglesia de los Terceros se encontraba cerrada por sus recientes obras de restauración.
Bajo el escudo de la hermandad, situado entre dos símbolos de su título como cofradía pontificia, se puede leer en la placa lo siguiente:
"Archicofradía del Santísimo Cristo del Amor.
A Dios por el Amor.
El 23 de marzo de 1618, en esta Iglesia Conventual de Nuestra Señora de Consolación de la Orden Tercera de San Francisco, se fusionaron la Hermandad de la Sagrada Entrada en Jerusalén y la del Amor de Cristo.
El 4 de junio de 1620 pudieron rezar por primera vez los Hermanos de la nueva corporación ante el Stmo. Cristo del Amor y Ntra. Sra. del Socorro tras otorgar carta de pago el imaginero Juan de Mesa y Velasco.
La Junta de Gobierno acordó colocar esta placa para conmemorar ambas efemérides.
En Sevilla, a 26 de junio de 2020".
La placa ha sido colocada en el lado izquierdo del crucero, junto al retablo donde recibe culto la imagen de Nuestra Señora del Subterráneo, de la Hermandad de la Cena, que tiene cedida en la actualidad la iglesia de la calle Sol. El lugar escogido no es casual, dado que en ese retablo es donde en tiempos estuvieron ubicadas las tallas del Cristo del Amor y la Virgen del Socorro.
De hecho, la parte central del retablo muestra la forma adecuada a la imagen de un crucificado, mientras que los laterales estarían ocupados por la Virgen del Socorro y San Juan Evangelista. Pero un detalle más del retablo delata que fue propiedad de la Hermandad del Amor; en el ático vemos un relieve con la escena de la Entrada de Jesús en Jerusalén.
Por otro lado, se puede leer a modo de gotera de retablo "Obediens usque ad mortem", un verso de la oración "Christus factus est" que significa "obediente hasta la muerte", lo que casa a la perfección con un retablo presidido por la imagen de un crucificado muerto como es el Cristo del Amor.
Hay que recordar por otra parte que la llegada del Cristo del Amor de Juan de Mesa al templo de los Terceros es el escenario de una leyenda que se ha mantenido hasta nuestros días, según la cual cuando se estaba subiendo la imagen a su altar se resbaló y una espina de la corona arañó el pecho de uno de los encargados de colocarla. Al parecer, el hombre llevaba una vida disoluta y poco edificante, pero el incidente con el crucificado lo interpretó como una "herida de Amor" que le hizo cambiar su actitud, e incluso hay versiones que indican que acabó siendo monje del propio Convento de los Terceros.