La talla de Santa Lucía, Virgen y Mártir, que debido al cierre de Santa Catalina tiene su sede provisional en San Román, es una imagen de rasgos barrocos y autor anónimo, aunque hay quien la atribuye a Francisco Antonio Gijón. Es especialmente destacable la expresividad de su rostro, además del movimiento y estofado de sus ropajes. En cuanto a la orfebrería, cuenta con aureola de santidad, una pequeña bandeja donde se encuentran los ojos que le fueron arrancados durante su martirio, la palma triunfal y la espada.
La junta de gobierno de la hermandad ha recibido su designación con una enorme emoción y ha asegurado que los dos traslados que habrán de celebrar (ida y vuelta) se llevarán a cabo con la solemnidad que caracteriza a la corporación.
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