martes, 17 de enero de 2012

BORRICO GRANDE...

En este 2012, en que se estrenará el manto bordado de la Virgen de los Dolores y Misericordia, la Hermandad del Beso de Judas tendrá que pronunciarse (lo hará este mismo jueves) acerca de los dos proyectos de bordado para el manto de la Virgen del Rocío (uno de Francisco Carrera y el otro del taller de Santa Bárbara). Ya en alguna ocasión anterior he comentado que bordar un manto no siempre mejora el conjunto del paso de palio del que se trate, como ocurrió, por ejemplo, con el de Los Estudiantes. De hecho, viendo los dos proyectos de manto de la Virgen del Rocío creo que no me decantaría por ninguno. Y también hay casos en que se realizan mantos nuevos con bordados más profusos que tampoco mejoran el manto anterior, también bordado aunque con más espacio libre para el terciopelo.
Pensaba yo esto el otro día, viendo un vídeo de la Hermandad de los Panaderos durante su estación de penitencia del Miércoles Santo de 2010. Fue la última ocasión en que lució en la calle el manto de Sobrinos de Caro, o como yo lo llamo, el manto bueno. Es decir, el manto que le quedaba bien a la imagen, el que viendo el palio de frente, por detrás o de lado daba sensación de medida y de correctas proporciones.
Y luego busqué un vídeo posterior, ya con el manto de Martín Santonja realizado en 2010 con motivo de la Coronación Canónica. No hay color. Desde mi humilde punto de vista, le sobra manto por todas partes. Sobra tejido y sobran bordados. La Virgen de Regla aparece como embutida. Visto desde atrás, es como si la dolorosa estuviera aplastada bajo un alud de terciopelo y oro. “Borrico grande, ande o no ande”, dice el refrán…


Comparando los dos mantos se entiende el motivo por el que uno y otro no quedan igual de bien en el paso de palio. No es sólo porque el nuevo tenga una mayor cantidad de bordado, sino que la forma del mismo es distinta. Si nos fijamos bien, el de Martín Santonja tiene una silueta más redondeada, mientras que el de los Sobrinos de Caro se dirige más en punta hacia la cola. Eso supone una diferencia notable en la cantidad de tejido utilizado para la confección de ambas piezas.

A la izquierda, manto nuevo de Martín Santonja (2010) y a la derecha, el de Sobrinos de Caro (1978)

La pregunta que cabría hacerse es por qué no se reprodujo la forma del manto antiguo en el nuevo, como sí han hecho otras hermandades que han realizado otros mantos para sus pasos de palio. Si iba a tener una mayor proporción de bordados y, sólo por esto, ya iba a dar sensación de ocupar más espacio en el palio, ¿por qué encima se amplía el tamaño del manto? Vuelvo al borrico del refrán…
Así las cosas, miedo me da ver el resultado de los mantos bordados en el palio de la Hermandad de Jesús Despojado este mismo año y en el del Beso de Judas más adelante. Espero que se acaben pareciendo más al de los Javieres o los Servitas que al de los Panaderos o los Estudiantes. Por pedir…

1 comentario:

  1. Amigo, por eso precisamente los mantos de Rodriguez Ojeda terminaban en punta, porque quedaban mejor en el paso.

    No creo que sea tanto la cantidad de bordados (p.e. el manto azul de 1905 que adquirió la hermandad del Desconsuelo) sino la forma del mismo.

    Uno de los culpables de que la cola de los mantos sea redondeada puede ser el taller de Carrasquilla cuando hace unas decadas paso a nuevo soporte los bordados del maestro Juan Manuel

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