La Piedad baratillera aparece sentada, como siempre, pero sin sostener en los brazos a su Hijo, que según las previsiones iniciales no será repuesto al culto hasta el próximo mes de noviembre. Hasta entonces, las dos dolorosas de la cofradía permanecerán solas, con la única compañía del Cristo de la Sangre que vino de América y que se sitúa justo frente a la Virgen de la Caridad.
Es una buena oportunidad, en cualquier caso, para contemplar de una forma distinta a la Piedad, como podemos ver en estas fotos.
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