Además, la nueva junta de gobierno de la Hermandad de la Esperanza de Triana tendrá que decidir si el retablo será dorado o lo dejará de momento en el color natural de la madera de cedro en que está realizado a la espera de tiempos económicos mejores.
En cualquier caso, lo importante es que la extraña estancia destinada al Cristo de las Tres Caídas tras la ampliación del templo (con sus puertas, escaleras, columnas y patio) es hoy algo más acogedora gracias al diseño póstumo del gran Manuel Guzmán Bejarano.
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