La mañana del pasado día 12 la Hermandad de los Humeros celebró su tradicional rosario de la aurora, misa en Santa Rosalía y salida procesional de la Virgen del Rosario por las calles del barrio de San Vicente y las del antiguo arrabal donde se ahumaba el pescado bajo la atenta mirada de su patrona, cuya silueta se recortó el viernes en un luminoso cielo azul, como ya parecía vaticinar Huguet Pretel en el cartel que ha pintado este año para la cofradía.
A las siete de la mañana partió la Virgen hacia el Convento de Santa Rosalía, del que volvería a salir a eso de las once de vuelta a casa, pero ya con el acompañamiento musical de la Banda de Música de Nuestra Señora de la Victoria de Las Cigarreras.
Tras una parada en San Vicente, la Virgen del Rosario comenzó su discurrir por las estrechas calles del barrio, a algunas de las cuales la lluvia les privó este año del paso de la Virgen de las Mercedes de la Puerta Real; calles como Plaza de Rull, García Ramos o Alfaqueque, donde sonaron las marchas "Coronación de la Macarena", "Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono" y "Aniversario Macareno".
Desde Mendoza Ríos salió la cofradía a la calle Baños, donde el paso, exornado con rosas y nardos, tuvo que sortear algunas ramas muy bajas de un árbol. En esta zona se oyeron las composiciones "Aquella Virgen" y la últimamente omnipresente "Alma de la Trinidad", bellísima marcha que tanto éxito ha alcanzado en Sevilla en los últimos años.
A partir de aquí la Virgen del Rosario comenzó su recorrido por el arrabal, cuyas calles presentaban diferentes colgaduras con los colores blanco y negro, los del hábito dominico. Muy emotivo fue el paso por la calle Dársena, engalanada de forma especial, donde una pareja cantó unas sevillanas en honor a la Virgen del Rosario. Posteriormente, a los sones de "Macarena", de Abel Moreno, se dejó caer una intensísima petalada sobre el pequeño paso de la patrona del barrio.
Con "Hosanna in excelsis", otra de esas marchas que no faltan actualmente en el repertorio de cualquier banda, se llevó a cabo la revirá desde Dársena a la cuesta de la calle Barca. Posteriormente, por Locomotora y Liñán, la Virgen del Rosario salió de nuevo a Torneo mientras la banda interpretaba "Virgen de la Victoria" y "Rosario de la aurora".
Finalmente, bajo un sofocante calor, el paso de la Virgen de los Humeros bajó la pequeña rampa de acceso a la zona de la capilla con la marcha "Rosario y Paz" y después giró los acostumbrados ciento ochenta grados ante la puerta mientras se enlazaban "Virgen de la Paz" y "Pasa la Virgen Macarena". Una vez retirados los zancos para salvar el dintel, los hermanos Gallego dieron las órdenes para que los costaleros devolvieran a la Virgen del Rosario a su casa.
A las tres menos diez de la tarde, la Virgen del Rosario de los Humeros se arriaba definitivamente en el interior de su capilla.
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