miércoles, 3 de octubre de 2012

LA VIRGEN DE VALVANERA, VALIENTE ANTE LA LLUVIA


La patrona de la Calzá recorrió el pasado sábado las calles de su barrio en una salida procesional que, pese a verse afectada por la lluvia, no se interrumpió en ningún momento, sino que continuó con las imágenes que conforman el paso (la Virgen con el Niño, el ladrón Nuño Oñez y el clérigo Domingo) protegidas con plásticos hasta que de nuevo el cielo se despejó y se pudo seguir con normalidad hasta el final.
La salida se produjo en torno a las siete y media de la tarde, unos treinta minutos más tarde de lo previsto. Este año, la Virgen de Valvanera vestía un manto rojo y tras ella se estrenó la Banda de Música de Nuestra Señora del Sol en sustitución de la Banda de la Cruz Roja.
Tras la cruz alzada y ciriales formaron parte del cortejo el banderín de San Benito, la bandera concepcionista, el guión del grupo joven de la Hermandad de San Benito, el estandarte de la misma y el de la propia Hermandad de Valvanera.




Pasada la lluvia y recuperada la tranquilidad, el paso de la Virgen de Valvanera, exornado con claveles, nardos y gladiolos blancos, tras cruzar por segunda vez la calle Luis Montoto (en la primera se realizó la tradicional visita al Asilo de las Hermanas de los Pobres), buscó de nuevo la Parroquia de San Benito por Alberto Durero, Campo de los Mártires y Alerce, con marchas como "Virgen de los Ángeles", "Hiniesta Coronada" y "Virgen de Montserrat".






















Ya en la calle San Benito, el paso avanzó lentamente a los sones de "La Madrugá" y "Procesión de Semana Santa en Sevilla", en la que sin duda fue una hermosa manera de ir despidiéndose un año más de las calles de su barrio.







Finalmente, la Virgen de Valvanera alcanzó el templo con la marcha "Virgen de las Aguas", toda una ironía en una hermandad que desafió a la lluvia y triunfó. La última levantá la dedicó el capataz, Carlos Morán, a los Caballeros de Nuestra Señora María de Valvanera, de La Rioja, uno de cuyos miembros tocó el martillo antes de que el paso quedase cuadrado frente a la puerta.











Pocos minutos antes de las doce de la noche, el paso cruzó el dintel de San Benito y, al contrario de lo que suele ocurrir con las hermandades de gloria, las puertas se cerraron inmediatamente, sin dejar acceder al interior a ninguna de las personas que fueron siguiendo a la Virgen por las calles.






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