En cuanto a la dolorosa, vestía uno de sus dos mantos de salida, el de terciopelo verde liso, con la corona y el puñal de plata que también luce en su estación de penitencia. Además, sobre el pecherín llevaba prendido un broche con el corazón atravesado por los siete puñales y a la altura del vientre otro simbolizando al Niño Jesús apunto de nacer en los próximos días.
Varias jarras con flores diversas y los faroles de cola del paso de palio completaban el montaje de este besamanos en el que ejercían de escolta los componentes de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Sol, quienes cada cierto tiempo se turnaban de un modo bastante ceremonioso.
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