Hasta aquí la noticia: una nueva calle de nombre cofradiero en un nomenclátor ya saturado. Pero analicemos más en profundidad el tema empezando por el principio: desde 1967 ya existe en Sevilla una calle denominada Virgen de la Palma. Se encuentra en la barriada de Torreblanca. No queda aclarado si se refiere a la Palma del Buen Fin, a la del Cristo de Burgos o a ninguna de ellas; pero haber, hay una calle llamada así (aunque sin el apellido Coronada, claro está).
Por otro lado, la calle escogida, Capitán Pérez de Sevilla, hace referencia a un capitán del bando nacional que luchó contra los republicanos de la ciudad en el 36. Precisamente por ello, y en aplicación de la Ley de la Memoria Histórica, en febrero de 2009 la Junta Municipal del Distrito Casco Antiguo aprobó, a propuesta de la Asociación de Mujeres Progresistas, que dicha calle, situada a espaldas del templo de San Antonio de Padua, frente a las dependencias de la Hermandad del Buen Fin, se dedicara a Rosario Valpuesta, quien fuera rectora de la Universidad Pablo de Olavide entre 1997 y 2003.
Precisamente en aquel momento la cofradía del Miércoles Santo pidió que esa misma calle fuera rebautizada con el nombre que finalmente va a tener; petición rechazada entonces por la misma Junta Municipal que ahora, con un gobierno local de signo contrario, sí se ha aprobado.
Vaivenes aparte, hay que dar la enhorabuena a la Hermandad del Buen Fin, que ya tiene una calle dedicada al crucificado en la misma manzana, por este reconocimiento municipal a una corporación que da verdadero ejemplo cristiano y social a través del admirable Centro de Estimulación Precoz Cristo del Buen Fin.
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