Por este motivo, se ha optado por ampliar el paso tanto en anchura como en altura. Así, Juan García Casas ha hecho una nueva parihuela con cabida para una trabajadera más (ha pasado a tener ocho), lo que ha obligado a prescindir de las antiguas esquinas del paso, que han sido sustituidas por otras de mayores dimensiones para tapar el hueco que quedaría entre los diferentes paños de los respiraderos.
Al mismo tiempo, se han tallado cuatro nuevas maniguetas que, a diferencia de las anteriores, no serán doradas, sino que se mantendrán en madera, como ocurre, por ejemplo, con los pasos de misterio de San Gonzalo, San Esteban o Las Cigarreras. Tanto las esquinas como las maniguetas han sido realizadas por Francisco Verdugo.
En cuanto a la altura del paso, el canasto ha sido elevado gracias al añadido de una moldura que ha dorado Antonio Urbano, quien también ha repasado el dorado de todo el canasto. Además, el sepulcro está ahora sobre un monte que permite su visión completa. También el Ángel y el Resucitado estarán más elevados sobre el paso; cincuenta centímetros en el caso del Señor.
Para 2014 está previsto el estreno de un nuevo juego de candelabros de guardabrisas, más acordes con las nuevas dimensiones del paso y cuya realización también correrá a cargo de Francisco Verdugo, además del dorado de las esquinas.
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