EL PARQUE ALCOSA ACOMPAÑÓ A NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS

El pasado sábado el Parque Alcosa acompañó a Nuestra Señora de los Desamparados por sus calles en una larga salida procesional en la que la corporación de gloria del barrio visitó a la de penitencia. Minutos antes de las siete y media de la tarde se abrían las puertas de la Parroquia de los Desamparados y desde la calle recibió a la cruz de guía la Banda de Cornetas y Tambores La Pasión de Cristo con la Marcha Real. Al final de la rampa que permite sortear las altas escaleras que dan acceso a la puerta de salida, una hermana había esparcido con anterioridad unas olorosas ramas de romero. Formaron parte del cortejo muchos niños del barrio que han hecho este año la Primera Comunión, mujeres de mantilla blanca y diversas representaciones de hermandades como San José Obrero, el Carmen de Calatrava y el Divino Perdón.

Pronto, tras los pequeños monaguillos y el cuerpo de acólitos, asomó el paso plateado de la Virgen de los Desamparados. Estaba exornado fundamentalmente con rosas blancas, además de espigas y uvas en las pequeñas jarras repartidas por el paso, debido a la cercana festividad del Corpus. La Virgen vestía manto burdeos y saya blanca, además de su diadema dorada de salida.
Poco a poco el paso fue saliendo a la soleada calle Ciudad de Paterna, atravesando una puerta que se encontraba especialmente adornada con flores de papel de colores rojo y blanco, los propios de la corporación, un repostero y dos banderolas con la inscripción "Madre de los Desamparados", el mismo nombre de la primera marcha que interpretó tras el Himno la Banda Municipal de Mairena del Alcor.

Al contrario que en años anteriores, la Virgen reviró a la derecha, hacia la calle Ciudad de Alfafar, una de tantas de nombre valenciano que existen en el Parque Alcosa, como valenciana es la miniatura de la Virgen de los Desamparados que lleva en la delantera de su paso esta dolorosa que tallara Ricardo Comas en 1975.
En la primera parada la cruz de la trasera del paso fue izada una vez superado el obstáculo de la salida, situándose en la altura precisa para la representación iconográfica de María sola ante la cruz, una vez retirado el cuerpo del Señor; la misma iconografía de las Soledades de San Buenaventura y San Lorenzo, aunque a quien más recuerda es a la Virgen de Loreto de Jerez de la Frontera, que cuenta también con un paso plateado. La cruz de la Virgen de los Desamparados llevaba en su base claveles rojos y hojarasca.
Para la revirá hacia Ciudad de Alfafar la Banda de Mairena del Alcor interpretó "Virgen de las Aguas".

En esta calle el intenso sol de la tarde jugaba con el paso asomándose entre los bloques de viviendas de este moderno barrio de la periferia sevillana. En la esquina con Ciudad de Buñol, la Virgen de los Desamparados recibió una ofrenda floral de parte de la Banda de Cornetas y Tambores La Pasión de Cristo. "Procesión de Semana Santa en Sevilla" fue la marcha escogida para esta nueva revirá.

Este ligero callejeo antes de salir a la amplitud de la Avenida de Chiva lo realizó la Virgen de los Desamparados con sones de Esperanza: en primer lugar con "Macarena", de Abel Moreno, que fue interpretada dos veces, y a continuación con "Triana de Esperanza". Algunos balcones estaban engalanados al ser el del sábado un día grande para el Parque Alcosa.

En la Avenida de Chiva el sol del atardecer iluminaba constantemente la trasera del paso mientras iba poco a poco escondiéndose por el horizonte. Entre varias chicotás a tambor, fueron sucediéndose en esta zona marchas como "Corpus Christi", "Virgen de la Estrella" y "Madre Hiniesta".

Las representaciones de las hermandades de San José Obrero y el Carmen de Calatrava se despidieron en la esquina de la Avenida de Chiva con Ildefonso Marañón. Por ésta y por la Plaza del Obradoiro se perdió la Virgen de los Desamparados antes de salir de nuevo a Chiva, y por Emilia Barral buscó la Iglesia de la Beata Ana María de Javouhey, sede de la Hermandad del Divino Perdón, que en este punto también se despediría de su cofradía hermana del barrio.
Desde allí la Virgen emprendió el camino de regreso hacia su templo, donde entró finalmente a eso de la una y media de la madrugada.