El nazareno de Francisco de Ocampo estaba subido sobre la peana del paso de palio de la Candelaria, ante el dosel de cultos de la hermandad y cuatro blandones plateados con cera roja. El altar mayor estaba cubierto por un cortinaje del mismo color.
Sobre la peana se dispuso un friso de claveles rojos, mientras que en jarras y en otras zonas del montaje se colocaron esas mismas flores junto a otras de idéntica tonalidad.
El Señor de la Salud lucía sus potencias de salida y llevaba sobre su hombro izquierdo una cruz más corta que la que carga sobre el paso en su estación de penitencia.
Durante el besapié al Señor de la Salud, la capilla de la hermandad estaba ocupada en solitario por la Virgen de la Candelaria, situada precisamente en el lugar de culto habitual del nazareno, vestida totalmente de azul y con la diadema de plata labrada por Joaquín Ossorio en 2010.
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