Durante esta actuación, que se llevó a cabo en el taller que el restaurador tiene en la calle Pureza entre los pasados 20 de octubre y 19 de diciembre, se le ha sustituido a la Virgen el candelero y las articulaciones. Asimismo, se ha llevado a cabo una limpieza integral de la imagen, tanto en el rostro como en las manos, que presentaban éstas un grave problema en la policromía. También se han reparado pequeñas fisuras.
Aunque, sin duda, lo más llamativo por el efecto conseguido ha sido la sustitución de las pestañas, que ha contribuido a dulcificar la expresión de la dolorosa.
En un año con tanto trabajo para Pedro Manzano parece que nos estamos repitiendo al valorar su labor. Pero hay que subrayar que éste ha sido un nuevo acierto del restaurador, que ha hecho rejuvenecer a la Reina del Barrio León, devolviéndole el aspecto que Luis Ortega Bru quiso imprimir a la Madre del Soberano Poder.
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