BESAPIÉ Y BESAMANOS EXTRAORDINARIO POR LOS 25 AÑOS DEL CERRO DEL ÁGUILA

La Hermandad del Cerro ha celebrado este fin de semana el anual besapié al Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono, al que se ha unido un besamanos extraordinario a Nuestra Señora de los Dolores, una coincidencia única en la historia de la hermandad que se ha querido llevar a cabo con motivo de los 25 años que se cumplen de la primera estación de penitencia a la Catedral el Martes Santo 21 de marzo de 1989.
El presbiterio de la Parroquia de los Dolores estaba ocupado en su totalidad por el montaje de este culto conjunto en honor a ambas imágenes titulares. El retablo estaba cubierto por un cortinaje rojo, ante el que se situó el crucificado, entre cuatro grandes blandones de plata y dos altísimos centro florales con especies variadas de tonos morados y malvas, como lirios, jacintos y rosas, entre otras.
Delante, entre jarras y candelabros de plata, estaba la Virgen de los Dolores sobre una pequeña peana de plata, ataviada como era habitual en los tiempos en que la dolorosa de Sebastián Santos salía por las calles de su barrio en el mes de septiembre, con saya burdeos y manto de tonos marrones con bordados únicamente en las vistas. Asimismo, para acentuar el recuerdo de un hito fundamental en la historia de la cofradía en estos últimos 25 años, lucía la corona de salida que se le impuso en la coronación canónica de 2002.
Numerosos devotos y hermanos pasaron por el templo del Cerro durante los tres días que duró este besamanos y besapié que ha renovado los recuerdos de una jornada histórica en la que el populoso barrio del Cerro del Águila conquistó para siempre el alma cofradiera de la ciudad.

No puedo dejar de hacer alusión a un detalle que ya ha sido objeto de comentario en este blog en alguna ocasión en relación a los montajes de besamanos y besapiés en diferentes hermandades. Me refiero a la accesibilidad de los mismos. Dicho de otro modo: ¿se le facilita a los devotos acercarse a las imágenes para depositar su beso? Es evidente que a veces la respuesta es que no. Y este culto conjunto a los titulares del Cerro es una prueba clara de cómo ponerle las cosas difíciles a ancianos, discapacitados y, en general, a personas de movilidad reducida.
Vaya por delante que el montaje en general diseñado por la priostía era impecable desde el punto de vista estético. Desde el atavío de la dolorosa, la disposición del crucificado, la colocación de la candelería, las flores escogidas... Todo eso merece un comentario enormemente positivo.
Ahora bien, todo el que quisiera besar a ambos titulares tenía que subir tres escalones para llegar a la Virgen de los Dolores; después debía bajar esos mismos tres escalones si quería también besar el pie al Cristo del Desamparo y Abandono, pero para ello tenía que superar la friolera de nueve escalones dispuestos en diferentes direcciones; a todo esto hay que sumar que había un peligroso hueco entre el último escalón del crucificado y la base de la cruz, lo que hubiera podido generar algún susto si alguien hubiese llegado a meter el pie en dicho hueco. En total, por tanto, había que subir y bajar hasta un total de 24 escalones para poder besar a los dos titulares.
En el tiempo que estuve en la Parroquia de los Dolores vi a una mujer en silla de ruedas que tuvo que ser ayudada por al menos dos personas para llegar a besar las manos de la Virgen (con el Cristo, evidentemente, ni lo intentó); posteriormente, un hombre con algún problema de movilidad a punto estuvo de caerse tras besar al Cristo y hasta cuatro personas fueron a ayudarle a bajar; incluso un niño tropezó con una alfombra ante el crucificado; y fueron varios los que no tenían muy claro qué recorrido debían seguir para llegar hasta las dos imágenes.
Espero que se entienda esto como una crítica constructiva. En un culto como éste se debe facilitar el acercamiento de los devotos a las imágenes titulares. A veces, sin embargo, se piensa más en la estética que en la accesibilidad.