El pasado viernes 13 de junio, festividad de San Antonio de Padua, la Hermandad del Buen Fin celebró los cultos en honor del que es uno de sus titulares, con función, reparto del pan y veneración de la reliquia. Posteriormente, a las nueve de la noche, tenía lugar la salida de la talla de San Antonio que preside uno de los altares del templo en la nave del Evangelio.
La imagen, situada en un baldaquino dorado con cuatro campanitas en las esquinas que sonaban a cada paso, salió sobre un sencillo paso iluminado por los cuatro faroles de cola del paso de palio de la Virgen del Sol, cuyo grupo joven estuvo representado en el cortejo, además del de otra hermandad franciscana como es la Soledad de San Buenaventura. También se incluyó el Guión Franciscano del Buen Fin, el Guión del Grupo Joven, el estandarte corporativo de la Hermandad de la Divina Pastora de San Antonio y el de la propia hermandad del Miércoles Santo.
Además de los faroles del Sol, el paso de San Antonio de Padua contaba también con el templete del abrazo de San Francisco de Asís, el llamador y varias jarras, todo ello perteneciente al paso de palio de Nuestra Señora de la Palma.
El exorno floral se componía de una gran variedad de especies, principalmente de tonos blancos, repartidas en el friso y en un total de ocho jarras. En cuanto al acompañamiento musical, corrió a cargo de la Agrupación Musical Veterana de Sevilla, con un rico repertorio formado íntegramente por marchas muy clásicas del estilo musical más puramente sevillano, como "Cantemos al amor de los amores", "Perdona a tu pueblo" o "Santa María de la Esperanza", entre muchas otras, ya que prácticamente no dejaron de tocar en ninguna 'chicotá' del recorrido.
Desde la calle San Vicente, el cortejo buscó la Plaza de San Antonio de Padua, para tomar después Marqués de la Mina y Alcoy hasta la Parroquia de San Lorenzo, a la que llegaron a entrar por la puerta trasera, la que da a la calle Hernán Cortés.
Una vez dentro de San Lorenzo, el paso se paró ante la Capilla de la Hermandad de la Soledad, posteriormente se giró hacia el altar mayor y finalmente visitó la Capilla de la Hermandad del Dulce Nombre. En los tres casos se dirigieron varias oraciones dedicadas al santo, así como a las advocaciones marianas de la parroquia.
Anochecía cuando San Antonio de Padua salía a la Plaza de San Lorenzo. La Agrupación Musical Veterana de Sevilla lo esperaba a un lado de la puerta tras dejarlo en la calle Eslava antes de entrar en el templo. Desde la Plaza de San Lorenzo, el cortejo tomó las calles Juan Rabadán y Miguel Cid para salir de nuevo a Marqués de la Mina, donde se dio una curiosa escena cuando San Antonio pasó junto a un bar donde se sufría con el estreno de la Selección Española en el Mundial de Brasil.
Ya sólo quedaba desandar en parte lo andado por Marqués de la Mina, Plaza de San Antonio de Padua y el breve tramo de la calle San Vicente que va desde ahí hasta la puerta del Convento de San Antonio de Padua, a la que llegó el paso con dos marchas muy clásicas, como son "Alma de Dios" y "Virgen de la Hiniesta", que sonaron mientras realizaba un giro de 270 grados, hasta que entró en el templo. Tras el Himno Nacional, ya en el interior sonó otro, el Himno de San Antonio.
Como colofón a esta procesión de San Antonio de Padua, en su camino hacia la cabecera del templo el paso se volvió y se paró ante el altar de la Divina Pastora, y finalmente se situó junto al Santísimo Cristo del Buen Fin. Con el rezo del Responsorio de San Antonio concluyó esta salida procesional organizada por el Grupo Joven de la Hermandad del Buen Fin.
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