Cruz alzada y ciriales abrían el cortejo de esta procesión que comenzó a salir unos minutos antes de las ocho de la tarde, hora prevista para la salida. Seguían las representaciones de un buen número de hermandades con sus estandartes: Sacramental del Corpus Christi, Anunciación, Candelaria Madre de Dios, San José Obrero, Araceli, Carmen de San Gil, Rosario de San Julián y Rosario del Barrio León. Finalmente, iba el estandarte propio del Carmen de San Leandro, la presidencia y el cuerpo de acólitos.
La Banda de la Cruz Roja acompañó la salida con la interpretación del Himno de Andalucía, al que no siguió, como ocurre en la Hermandad del Cerro, el Himno Nacional. Éste sólo se tocaría después, a la entrada.
La Virgen del Carmen, como es habitual, vestía manto blanco de brocado, toca de sobremanto y saya y escapulario marrones con bordados en oro. El paso estaba adornado con diversos tipos de flores, entre las que destacaban en todo el perímetro claveles rosas, pequeñas rosas blancas y paniculata, mientras que en las jarras y en las esquinas había gladiolos, nardos y azucenas, entre otras.
"Aniversario en San Leandro" fue la primera marcha que sonó tras la primera levantá del paso ya en la calle. Con ella giró hacia la calle Cereza, donde se escucharía después "Reina de Triana".
Por Cereza, Avellana y Manzana, calles con nombres que recuerdan a la antigua Huerta del Carmen que en tiempos fue la zona, la Virgen emprendió el camino que la habría de llevar a una parada muy especial, como es el Hospital Virgen Macarena.
En ese trayecto, en el que la Reina de San Leandro recibió toda la fuerza del sol previo al atardecer, la Banda de la Cruz Roja acompañó cada chicotá con las marchas "Glorias de Sevilla", "Rocío" y "La Estrella Sublime".
En la calle Manzana, el capataz de la Virgen del Carmen cedió el martillo a otro capataz que se encontraba contemplando la cofradía, Joaquín Rivas, quien dedicó la levantá a las madres de todos los costaleros.
"Encarnación Coronada", con el Ave María cantado por los presentes, sirvió para que la Virgen del Carmen se colocase definitivamente ante la puerta del hospital. Una vez detenida, se cantó la Salve, la Virgen recibió la donación de un ramo de flores y, posteriormente, el paso comenzó de nuevo a moverse y a alejarse con "Triana de Esperanza", "Pasan los campanilleros" y, de nuevo, "La Estrella Sublime", con la que definitivamente el paso salió a Doctor Fedriani.
Por León XIII, la Virgen avanzó a los sones de "Alma de la Trinidad" y "Esperanza de Triana Coronada", con la que giró a la calle Jorge de Montemayor. Aquí después la Banda de la Cruz Roja tocó "Concha", a la que siguió "Carmen de San Leandro" en la revirá a Manuel Villalobos, calle donde también se escuchó "Dolores de Soledad", que alguien comentó que es una composición "de Viernes Santo" más que de procesión de gloria.
La Virgen estaba de nuevo en su barriada, buscando nuevamente Avellana y Cereza. En ésta se interpretó "La Madrugá". Antes, habían sonado las marchas "Candelaria", "Triana, tu esperanza", "La Estrella Sublime" y "Hosanna in excelsis".
Con una doble interpretación de "Madre Hiniesta", la Virgen del Carmen alcanzó de nuevo la Parroquia de San Leandro. Pese a los últimos esfuerzos, el paso llegó de vuelta a su templo completamente apagado. Para recorrer, ya de frente a la plaza, el atrio de la parroquia, la Banda de la Cruz Roja tocó "Costalero", seguida de "Pasan los campanilleros". Con ella recibió la Virgen una petalada más desde lo alto del propio templo.
Finalmente, el paso entró con el Himno Nacional y seguidamente la banda tocó "Triunfal", marcha que fue interrumpida cuando el paso se detuvo ya dentro de la iglesia. Después, mientras el paso se giraba para que la Virgen del Carmen se situara frente a la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Bondad, la Banda de la Cruz Roja puso fin a su primer acompañamiento musical a esta hermandad con "Triana de Esperanza".
Con la Virgen del Carmen frente al Nazareno que sale a las calles cada mes de noviembre, un hombre le cantó a la Reina de San Leandro. Después, antes de arriar definitivamente el paso mirando hacia el altar, Pedro David Velázquez dedicó esa última levantá a los costaleros, a la junta de gobierno, a la hermandad y a los vecinos de la Huerta del Carmen.
La última nota emotiva se produjo poco después, cuando un costalero que se va fuera a trabajar recibió una medalla que durante todo el recorrido llevó la Virgen en su paso.
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