De las cuatro cofradías de gloria que salen el último sábado de septiembre, la de los Sastres ha sido en los últimos años la primera, al salir de San Ildefonso a las seis y media de la tarde. Este año, sin embargo, la cofradía había decidido salir una hora más tarde, aunque finalmente, por recomendación de la Policía Local, repartida entre varias actividades y procesiones previstas para esa jornada (entre ellas, unas cuantas procesiones de las llamadas 'piratas', que por alguna razón siguen existiendo), la salida no se produjo hasta las ocho y media, siendo, por tanto, la última en salir.
Ello perjudicó a la hermandad, ya que las previsiones de lluvia hicieron que tuviera que renunciar a gran parte de su itinerario (el rodeo por Santa Ángela de la Cruz, Gerona y Doña María Coronel), dejándolo en Boteros, Sales y Ferré, y Plaza del Cristo de Burgos, para desde ahí tomar directamente por Dormitorio, Alhóndiga y San Leandro hasta San Ildefonso.
La brevedad de la salida, que duró casi lo mismo que la de la Virgen de los Reyes de la Catedral en la mañana del 15 de agosto, no impidió poder disfrutar de momentos de gran sabor cofradiero junto a esta otra Virgen de los Reyes, cuya procesión contó con varias novedades.
Una de ellas estuvo en el propio cortejo procesional, ya que tras la cruz alzada y faroles, y varias parejas de hermanos con cirios, iba por vez primera el banderín del Colegio San José de las Madres Mercedarias, que tanta relación mantiene con la Hermandad de los Sastres.
Las hermandades de la Virgen de la Luz de San Esteban y la Sacramental de San Ildefonso acompañaron con sus estandartes todo el recorrido, y tras ellos figuraba el estandarte de la propia cofradía de los Sastres.
La Virgen ha llevado este año un manto carmesí, en tanto que el Niño Jesús vestía un traje blanco con un mantolín, estrenado en 2013, del mismo color que el manto de la Madre.
Como queda dicho, por Boteros buscó el cortejo la calle Sales y Ferré, desde la que salió a la Plaza del Cristo de Burgos, mientras la Banda de Música de María Santísima de la Victoria, de las Cigarreras, interpretaba marchas como "Virgen de la O" y "Pasan los Campanilleros".
Tras dejar atrás esa parte del itinerario previsto que tendrá que esperar al año que viene, el palio de tumbilla, comandado por Carlos Yruela y sus auxiliares, tomó directamente la calle Dormitorio. Sin embargo, la Virgen de los Reyes no avanzaba deprisa, sino con la tranquilidad de saber que, en caso de que la lluvia se adelantara, no estaría en ningún caso demasiado lejos de casa.
"Coronación de la Macarena", "Margot" y "María Santísima del Subterráneo", ésta en el giro de Dormitorio a Alhóndiga, fueron las marchas que sonaron en esta zona detrás de la Virgen que extiende la advocación de la Patrona a la antigua Judería.
Pero aún había tiempo para disfrutar, como ese costalero que lanzó un "olé" cuando supo que la siguiente marcha sería "Y en Triana, la O". Efectivamente, ésta fue la composición con la que la Virgen de los Reyes alcanzó la calle Zamudio.
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