La Banda de Cornetas y Tambores Varón de Dolores abría el cortejo, aunque en esto habría que apuntar lo que otras veces hemos observado. Cuando el cortejo de una cofradía es tan breve, hay ocasiones en que se mezclan los sones de la banda que va delante con los de la que va detrás del paso, y más teniendo en cuenta que una banda de cornetas y tambores siempre toca más alto que una banda de música.
En cualquier caso, nada que no pueda solucionarse caminando siempre junto al paso de la Virgen del Rosario, gran imagen mariana atribuida a la gubia de Francisco Antonio Gijón, y que ese mismo día recibió de la Real Liga Naval Española la Gran Cruz del Mérito Marítimo, al igual que hace doce años ocurriera con la Virgen del Carmen de la misma hermandad.
Por este motivo, miembros de la Liga Naval formaron parte del cortejo, junto a las representaciones de las hermandades de Santa Lucía y la Exaltación.
La Asociación Musical de La Algaba era la encargada de tocar detrás del paso de la Virgen del Rosario, lo que hizo con bastante buen nivel, pese a los pocos años que esta formación está ligada a la hermandad. Con la marcha “Sevilla cofradiera”, el paso, que estrenaba la peana tallada por Julián Sánchez y que iba exornado con gladiolos y nardos, iba avanzando por la calle Santa Ángela de la Cruz, llegando hasta el convento con “Macarena”, de Emilio Cebrián. Ante la puerta el paso se volvió y las monjas cantaron aquella Salve que dice “Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida y dulzura, nuestra esperanza”. Posteriormente, la banda interpretó “Triana de Esperanza” mientras el paso, muy bien llevado, giraba de nuevo para continuar su camino, coincidiendo a la perfección la parte en la que rompe la marcha con el momento en que el paso se cuadraba con la calle y podía seguir de frente.
Por cierto que, a modo de curiosidad, hay que señalar cómo la parte de esta marcha en la que se incluye la Salve a la Esperanza de Triana cada vez es más cantada por parte de los cofrades que contemplan y siguen a las cofradías. Al principio parece que había más timidez quizá por ser una Salve dedicada a una imagen en concreto, pero da la sensación de que esto se va perdiendo y también “se arrodilla Triana” ante la Virgen del Rosario de Santa Catalina. Al fin y al cabo, Madre, también la de Dios, no hay más que una.
En el Convento del Espíritu Santo, las religiosas y los presentes cantaron la Salve, y después el paso se alejó con “Coronación de la Macarena”, marcha que se inició una segunda vez, aunque por alguna razón se cortó abruptamente cuando se completó el giro para seguir de frente, y a tambor, hacia la calle Dueñas.
En este punto hubo otra dedicatoria delante del martillo. Esta vez el paso se levantó por Carmen, “una hermana que han intervenido recientemente, para que se ponga buena muy pronto”. La propia Carmen tocó el llamador para que la Virgen del Rosario fuera de nuevo al cielo, y de éste, del cielo de la calle Gerona, comenzaron a caer pétalos sobre la Reina de Santa Catalina mientras la banda de La Algaba tocaba “Macarena”, de Abel Moreno.
Junto a los veladores de la Plaza de los Terceros, llenos de sorprendidos turistas que pasaban en Sevilla este día festivo cámara en ristre, el paso se detuvo unos instantes, para continuar más adelante con la marcha “Virgen de Montserrat”, del inspiradísimo Pedro Morales. Con esta composición alcanzó la Virgen del Rosario la Iglesia de los Terceros, donde una representación de la Hermandad de la Cena salió a recibir a la Patrona de la feligresía, mientras al fondo, en el altar, los apóstoles de Ortega Bru asistían a la eterna institución de la Eucaristía por parte del Señor de Sebastián Santos.
A continuación, tras la donación de un ramo de flores por parte de la Cena, la Virgen del Rosario prosiguió por la calle Sol con dos composiciones dedicadas a otras tantas dolorosas del Martes Santo: “Candelaria” y “María Santísima del Dulce Nombre”. En esta calle, uno de los miembros de la Real Liga Naval Española tocó el llamador tras una nueva dedicatoria del capataz.
Finalmente, el paso fue poco a poco acercándose hasta la puerta ojival y entró definitivamente a eso de las once y media de la noche con el acompañamiento del Himno Nacional.
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