Elevada sobre una pequeña peana de plata, la Soledad de San Buenaventura, vestida por José Antonio Grande de León, se encontraba ataviada con su manto negro y saya azul de salida, un rosario colgado de la mano derecha, que es la que daba a besar a los devotos, mientras que la izquierda la tenía elevada a la altura del pecho de forma muy expresiva, donde había un puñal de oro y el anagrama mariano en el pecherín. Asimismo, lucía la diadema de salida.
Flanqueaban a la dolorosa del Viernes Santo unos altos candelabros plateados, además de dos pequeños ángeles que sujetaban la parte baja del manto. Al fondo, ante el dosel que cubría el altar de la Virgen de Guadalupe, se situó la cruz de guía de la hermandad, la que reproduce la antigua Cruz de Caño Quebrado que siempre tiene la Soledad detrás en su altar. Junto a la cruz de guía, los dos faroles que la acompañan en la calle entre candeleros con cera blanca.
En cuanto al exorno floral, estaba compuesto por rosas blancas a las que se les habían abierto manualmente los pétalos exteriores. Estaban repartidas por varias jarras, así como en centros dispuestos a los pies de la dolorosa que tallara Gabriel de Astorga.
Para el sitio que dispone esta Hermandad me parece un besamanos de un gusto exquisito. La Dolorosa espectacular y el montaje de 10. Las fotografías son maravillosas, muchas gracias.
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