Vamos a tratar en este capítulo fundamentalmente acerca de dos aspectos que emparentan en cierta forma a esta hermandad jerezana con la capital hispalense. En primer lugar, hay que referirse al paso de palio de María Santísima de la Esperanza, advocación que, por cierto, se repite en dos ocasiones en la Madrugada jerezana, precisamente igual que ocurre en Sevilla. Observemos las siguientes fotografías:
A primera vista, parecen dos palios con estilos muy diferentes, pero si nos fijamos únicamente en la parte superior de los bordados, tanto en la zona central de cada paño que dividen los borlones como en el dibujo desde el que precisamente cuelgan éstos, vemos cómo el dibujo es tremendamente coincidente, salvo en el centro, donde el palio que vemos arriba está rematado por la corona real, elemento que no existe en el de abajo. Se puede afirmar, por tanto, que el perfil superior de ambos palios, es prácticamente igual, a excepción de la corona.
Los lectores más familiarizados ya habrán identificado ambos palios. El de arriba es el de la trianera Virgen de la O, mientras que el de abajo es el de la jerezana Esperanza de San Francisco. El paralelismo en la zona superior no es casualidad, pero tampoco es una copia entre bordadores, ya que el autor de ambos diseños es el mismo, el sevillano Guillermo Carrasquilla, quien bordó ambos palios prácticamente al mismo tiempo, a mediados de los años 50 del pasado siglo XX. De hecho, la primera salida de la caída frontal bordada del palio de la O tuvo lugar en 1957, aunque este palio no se completaría hasta los años 70.
Es evidente, por todo lo anterior, que Carrasquilla se copió a sí mismo en un detalle, los bordados de la crestería, para ambos palios, sin que a ciencia cierta se pueda afirmar qué diseño es anterior, ya que el de Jerez salió completamente bordado en 1959, dos años después del estreno de la caída frontal del palio de la O, pero no hemos podido averiguar con exactitud cuándo dibujó Carrasquilla cada uno de los diseños y cuándo comenzaron las labores de bordado de ambos palios.
Sea como fuere, es digno de admirar el conjunto de bordados de la Hermandad de las Cinco Llagas, que cuenta con un palio formado por caídas y techo de color rojo, mientras que el manto es verde, en ambos casos bordados en oro. Palio rojo y manto verde es, curiosamente, la combinación que durante años caracterizó al palio de la Esperanza Macarena. La orfebrería es de Manuel Seco, excepto la corona de la Virgen, que es de Eduardo Seco.
Paso de palio de la Virgen de la Esperanza de San Francisco
En cuanto a la Virgen de la Esperanza, es una talla anónima adquirida en Sevilla por José Soto Ruiz en 1951. Se tiene por obra del círculo de Juan de Astorga.
María Santísima de la Esperanza
Y el segundo aspecto que relaciona de alguna manera a Jerez con Sevilla en esta hermandad franciscana es la cruz de guía, que tiene un estilo claramente inspirado, aunque más sencillo, en la misma insignia de la Hermandad de Pasión. Ésta es de Miguel Palomino (1805) y procede de la Hermandad Sacramental, mientras que la de las Cinco Llagas fue labrada en plata y carey en el taller de Villarreal en los años 60.
A la izquierda, la cruz de guía de Pasión (Foto: Familia Arenas) y a la derecha, la de las Cinco Llagas (Foto: elhachoncofrade.blogspot.com)
Por completar la información relativa a la Hermandad de las Cinco Llagas, hay que señalar que el primer paso lo preside la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Vía Crucis, un nazareno tallado por el imaginero valenciano afincado en Jerez Ramón Chaveli en 1940, un año más tarde de la reorganización de la hermandad, que tiene sus orígenes en el siglo XVI y de la que ya no se tienen noticias en el XIX. Con la realización de esta imagen, considerada obra cumbre de Chaveli, los hermanos cambiaron la iconografía original de la hermandad, que antiguamente representaba la Lanzada de Cristo, lo que explica el nombre de las Cinco Llagas, por la del clásico Nazareno que porta la cruz camino del Calvario. De hecho, la advocación de la Vía Crucis no existía en los orígenes de esta corporación.
Nuestro Padre Jesús de la Vía Crucis
El Señor de la Vía Crucis procesiona sobre un paso tallado por José Ovando entre 1950 y 1952, iluminado por cuatro faroles en las esquinas y candelabros de guardabrisas en los costeros. Posee cartelas con las estaciones del vía crucis a lo largo del canasto y tiene la particularidad de contar con un monte de césped natural.
El paso de Nuestro Padre Jesús de la Vía Crucis
Finalmente, como dato anecdótico, hay que comentar que la Hermandad de las Cinco Llagas recibe como sobrenombre el mismo que se le da a la sevillana Hermandad de la Amargura, el Silencio Blanco. Si en el caso de la Amargura el sobrenombre viene por la advocación del Cristo despreciado por Herodes y por la túnica de los nazarenos, en el caso de las Cinco Llagas también los nazarenos visten de blanco, pero además, ninguno de los pasos cuenta con acompañamiento musical.
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