La Virgen de la Paz, vestida con saya blanca y manto rosa claro, lucía corona de plata y portaba en la mano derecha el cetro de Reina, mientras que en la izquierda sostiene al Niño Jesús. A sus pies tenía una media luna y estaba flanqueada por dos pequeños faroles de plata.
A ambos lados de la peana había sendas columnas de cerámica con claveles, azucenas y otras flores blancas, que también aparecían a los pies de la Virgen y en dos jarras de plata en el banco del retablo mayor, donde se dispusieron asimismo catorce blandones dorados con cera blanca.
Completaban el montaje los faroles de mano que acompañan al Simpecado en el cortejo de la cofradía que cierra el Viernes Santo, además del Sinelabe a la izquierda y el estandarte corporativo a la derecha.
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