El mes pasado fue retirada del culto la imagen de San Juan Evangelista, de la Hermandad de la Bofetá, para su restauración por parte de Carmen Bahíma, quien ya se ocupó el año pasado de la talla de Jesús ante Anás, actuación que fue acogida muy positivamente por parte de hermanos y cofrades en general.
Dentro del plan de actuación definido por la junta de gobierno para la restauración de sus tres titulares procesionales, ahora es el turno de San Juan, imagen donada por Antonio Castillo Lastrucci a la hermandad en 1924 como forma de agradecimiento por ser la primera cofradía sevillana en confiar en él para la realización tanto de la dolorosa como del conjunto escultórico al completo del paso de misterio de la Bofetá.
Algo más de cuatro meses se prevé que dure esta restauración, que consistirá en la reparación de las diferentes grietas que presenta la talla, una de ellas en el rostro, desde la frente hasta el ojo derecho. Asimismo, además de otras actuaciones, se limpiará la oscurecida policromía, como se hizo también con el Señor.
De momento, la ausencia de San Juan en la capilla de la hermandad, en la Parroquia de San Lorenzo, no ha sido suplida por ninguna otra imagen ni por alguna insignia de la cofradía, de forma que su altar se encuentra completamente vacío a la espera de su regreso.
No será la única restauración antes de la Semana Santa de 2016, ya que cuando San Juan vuelva, se irá la Virgen del Dulce Nombre, con lo que el próximo Martes Santo las dos imágenes que procesionan en el paso de palio presentarán un renovado aspecto gracias a unas actuaciones muy necesarias que se han hecho esperar demasiado tiempo.
Mientras tanto, la Virgen del Dulce Nombre y Jesús ante Anás permanecen en sus lugares de culto habitual con la particularidad de que ambas imágenes se encuentran vestidas de blanco.
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