La Hermandad de la Bofetá celebró el pasado domingo su tradicional rosario matinal presidido por la imagen de María Santísima del Dulce Nombre, que fue trasladada en andas desde la Parroquia de San Lorenzo hasta el Convento de las Madres Mercedarias de la calle Guadalquivir, donde tuvo lugar una misa antes del regreso a su templo.
El cortejo salió de San Lorenzo a las nueve menos cuarto de la mañana, encabezado por cruz alzada y ciriales. Seguían dos tramos de hermanos con cirios blancos separados por el estandarte corporativo. Finalmente, tras el cuerpo de acólitos, iba la Virgen del Dulce Nombre sobre unas sencillas andas con un moldurón dorado y faldones azules, iluminadas con seis candeleros del paso de palio con cera blanca y adornadas con claveles rosas.
La dolorosa de Castillo Lastrucci, que próximamente se trasladará al taller de Carmen Bahíma para su restauración, vestía manto verde liso, la saya de tisú de plata bordada en oro y sedas por Esperanza Elena Caro en 1942, la toca de sobremanto y la corona de salida. Además, sujetaba un rosario con su mano izquierda, un pañuelo con la derecha y presentaba un tocado a tablas del que sólo pendía un broche con su advocación.
Tras salir a la Plaza de San Lorenzo, la Virgen del Dulce Nombre buscó la calle Juan Rabadán, para continuar por Teodosio y Guadalquivir, hasta el convento de las Madres Mercedarias, donde entró y se situó en el lado de la Epístola del templo conventual.
Finalizada la misa, cerca de las once de la mañana, la Virgen del Dulce Nombre emprendió el regreso a San Lorenzo. Los hermanos Gallego, capataces de la hermandad, volvieron a guiar las andas, en este caso por las calles Guadalquivir, Santa Clara, Eslava y Plaza de San Lorenzo, entrando finalmente en su templo una hora más tarde de su salida desde el convento mercedario.
Antes de salir a la calle, algunas religiosas ayudaron a portar las andas de la Virgen, que luego, por la calle, estuvo acompañada por el Coro Santa María, que también había participado en la celebración de la Eucaristía.
Tras las oraciones finales, la Virgen del Dulce Nombre se quedó ubicada en su capilla, a los pies de la nave de la Epístola, junto a la imagen de Jesús ante Anás.
Fotos itinerario de regreso: Cristina Abengózar Delgado
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