lunes, 16 de noviembre de 2015

LA SOLEDAD DE SAN LORENZO SEGUIRÁ, AFORTUNADAMENTE, SIN MÚSICA


Por 270 votos en contra, 127 a favor y tres en blanco, los hermanos de la Soledad de San Lorenzo (los que acudieron a votar, claro está) rechazaron anoche incorporar una banda de música tras el paso de la Virgen de la Soledad en la estación de penitencia.
Como se sabe, un grupo de hermanos lograron, tras recoger 205 firmas, la convocatoria de un cabildo general extraordinario para tratar el asunto de dotar al único paso de la cofradía de acompañamiento musical. La convocatoria de este cabildo indicaba concretamente que se sometía a la decisión de los hermanos la idea de "incorporar una banda de música, sin cuerpo de tambores y cornetas, tras el paso de María Santísima en su Soledad en la Estación de Penitencia el Sábado Santo"; aunque lo cierto es que en el documento de recogida de firmas no se especificaba tanto y sólo se hablaba de incorporar acompañamiento musical, sin más.
En cualquier caso, parece que ha imperado en el seno de la hermandad (al menos, insisto, en el escaso número de hermanos que decidieron participar en este cabildo) la decisión de no cambiar la personalidad en la calle de una hermandad que no ha conocido jamás la presencia de una banda de música tras el paso en Semana Santa.
A veces da la sensación de la existencia de cofrades empeñados en que todas las hermandades sean iguales y en sugerir la absurda idea de que la música enriquece (porque sí) una estación de penitencia, o que un paso que no la lleva es un paso incompleto. El silencio también se escucha, también habla, también comunica, sin necesidad de marchas solemnes, que al parecer, según definición reciente, son las que no incluyen cornetas en la partitura.
Es verdad que hay pasos a los que parece que les pega más, por así decirlo, una banda detrás. Desde mi humilde punto de vista, eso pasa con el palio de la Virgen de la Merced, que ha ganado mucho con la incorporación de la Oliva de Salteras. Pero, desde luego, no es el caso del paso de la Soledad, que en el silencio de su regreso a San Lorenzo, cuando la Semana Santa está terminando, dice mucho más a quien sabe escuchar que cualquier composición musical.
Y sí, es verdad que hay una marcha bellísima llamada "La Soledad", dedicada por Pedro Morales a la Virgen sola de San Lorenzo. Pero también hay marchas dedicadas al Gran Poder o al Señor de Pasión y nadie se plantea poner una banda detrás de sus respectivos pasos.

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