La Hermandad del Divino Perdón ha celebrado este martes el besamanos a María Santísima de la Purísima Concepción con motivo de su festividad. Un besamanos que ha tenido lugar en su sede canónica, la Iglesia de la Beata Ana María de Javohey y San José de Cluny, debido al incendio que se produjo la noche del pasado sábado en la Parroquia de los Desamparados, donde se estaban celebrando, como de costumbre, los cultos en honor a esta dolorosa.
Aunque afortunadamente el incendio no dañó ni a la Virgen de la Purísima Concepción ni a la Virgen de los Desamparados, los desperfectos producidos, especialmente en la sacristía, obligaron a clausurar el templo hasta este miércoles.
Esta es la razón por la que el besamanos de esta dolorosa del Sábado de Pasión se ha llevado a cabo en su templo de la calle Escritor Alfonso Grosso, donde se ha presentado a los fieles en el presbiterio, sobre una sencilla peana de madera en su color, entre seis jarras de su paso de palio con flores blancas y dos de los faroles del paso de Nuestro Padre Jesús del Divino Perdón.
La Virgen vestía manto azul liso y saya burdeos con bordados en oro, reproduciendo así los colores que antiguamente se relacionaban con la advocación de la Inmaculada, azul y rojo, que posteriormente pasó al azul y blanco. La dolorosa lucía además toca de sobremanto, la corona de salida, un puñal, una cruz pectoral y un broche con la advocación "Purísima".
Daba a besar la mano derecha, donde tenía una cadena con el escudo de la Hermandad de los Desamparados, mientras que con la izquierda sujetaba un pañuelo, una rosa y dos rosarios.
Durante el besamanos, el altar de la Virgen de la Purísima Concepción ha estado ocupado por la bandera concepcionista de la hermandad, situada entre dos candeleros con velas rizadas, otros dos con cirios blancos y dos jarras.
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