La Virgen de la Salud está durante estos días en su capilla sin el Niño Jesús en sus brazos. Como es tradicional en esta hermandad de gloria con sede en San Isidoro, algunas fechas antes de la Navidad se le retira la pequeña talla del Niño, para volver a ponerlo en sus brazos en Nochebuena.
Es una de las tradiciones más sencillas y a la vez más hermosas en la iconografía de nuestras hermandades, donde los cofrades de la Costanilla nos muestran a la Madre esperando al Niño de la forma más gráfica posible.
La emoción de la llegada del Hijo de Dios se mostrará mañana por la noche, cuando la Virgen de la Salud cobije de nuevo en su regazo a ese Niño sonriente que ya no se separará de su Madre, que es la nuestra, hasta el año que viene, cuando el ciclo de la fe se complete para volver a empezar.
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