domingo, 1 de mayo de 2016

EL DÍA MÁS GRANDE DE LA SEVILLANA VIRGEN DE LA CABEZA


La Hermandad de la Virgen de la Cabeza vivió ayer una esplendorosa procesión de regreso a San Juan de la Palma después de haber presidido este viernes el Pregón de las Glorias 2016 en la Catedral.
Sevilla fue por unas horas una extensión de Sierra Morena con este multitudinario traslado que atrajo a gran cantidad de devotos de la Virgen de la Cabeza tanto de Andújar como de otras localidades en las que existen hermandades filiales.
La Morenita sevillana concentró todo el protagonismo cofradiero en una gran tarde y noche sólo una semana después de la tradicional romería de la localidad jiennense.
A las seis y cuarto de la tarde se abría la Puerta de San Miguel de la Catedral sevillana para que saliera el cortejo, encabezado por la Banda de Cornetas y Tambores Varón de Dolores, de la Hermandad del Sol, que en el momento de la salida interpretó la marcha "Bendición", con la que comenzó a abrirse paso por la Avenida de la Constitución.
Detrás, tras la cruz alzada y los faroles, comenzaron a salir las diferentes representaciones de numerosas hermandades que se sumaron a la de la Virgen de la Cabeza en este traslado. Fueron el Rosario del Barrio León, la Anunciación de Juan XXIII, el Inmaculado Corazón de Torreblanca, la Virgen de la Sierra, Santa Lucía, el Carmen de San Gil, el Carmen del Puente de Triana, Valvanera, la Pura y Limpia, las Nieves, la Pastora de San Antonio, la Virgen del Amparo, Humeros, Todos los Santos, Pastora de Triana, Siete Palabras, Cristo de Burgos, Virgen del Mar, Guadalupe de la Misericordia, Virgen de Montemayor, Pastora de Santa Marina, Virgen del Pilar y Amargura, así como las hermandades filiales de la Virgen de la Cabeza de Luque, Cabra, Palma del Río, Málaga, Linares, Valenzuela, El Carpio, Santiago de Calatrava, Martos y Colomera, y la Hermandad Matriz de Andújar, cuyo simpecado estaba justo delante del de la hermandad sevillana. Además, iba una representación de la Guardia Civil de gala por la gran vinculación existente entre este cuerpo de seguridad y la Virgen de la Cabeza.















Pronto asomó desde las naves catedralicias el paso de la Virgen de la Cabeza, que prácticamente llevaba el mismo exorno floral que en el traslado de ida. La Banda de Música de la Cruz Roja interpretó el Himno Nacional en el momento de la salida, seguido a continuación por "Morenita y pequñita", que tantas veces iba a sonar a lo largo del recorrido.
Desde el principio, la Virgen de la Cabeza recibió un gran número de vivas por parte de los presentes. Fueron momentos de gran emoción, a lo que se unió la petalada que le cayó al paso desde uno de los balcones de la Avenida mientras la banda tocaba "Coronación de la Macarena".
La Virgen lució para este regreso a casa la réplica de una de las coronas de oro de la hermandad matriz, cedida para la ocasión en un gesto que contribuye a estrechar la relación entre ambas corporaciones. "¡Viva la Virgen de la Cabeza! ¡Viva la Reina de Sierra Morena!", gritaban muchos devotos al paso de la Virgen, que siguió por la Avenida con el acompañamiento de composiciones que unían lo cofradiero y lo romero, como "Aires de romería", "Nuestra Señora de Guadalupe", "Hosanna in excelsis" o "Madrugá Macarena", a la que siguió de nuevo "Aires de romería" mientras un cofrade saludaba a la Virgen con una de las enormes banderas que formaban parte del cortejo, al modo tradicional de la romería de Andújar.



















































En su camino a la Plaza Nueva, la Virgen de la Cabeza pasó por el Arquillo del Ayuntamiento y la Banda de la Cruz Roja comenzó a tocar “Nuestra Señora de la Cabeza”, marcha interrumpida cuando el paso se detuvo, como también ocurrió posteriormente con “Virgen del Rosario Coronada”, con la que el paso discurrió por el Andén hasta la misma escalinata de acceso al Consistorio, donde la Virgen de la Cabeza giró con la marcha “Como tú ninguna”, enlazada posteriormente con “La Estrella Sublime” y “Pasan los campanilleros”, que fue cortada cuando el paso se detuvo mirando hacia la plaza.
Parada ante el Ayuntamiento y entre los estandartes de las hermandades cuya representación se retiraba en este punto, la banda tocó “Morenita y pequeñita”, composición que cantaron muchos de los presentes, seguida de muchos vivas y una ofrenda floral al paso.
A continuación, el paso se levantó para seguir su recorrido, momento en que la banda interpretó “Rosario de Monte-Sión” y desde el balcón principal del Ayuntamiento cayó una intensa petalada. Las flores llenaron hasta los guardabrisas y se quedaron algunas de ellas prendidas de la corona y de la ráfaga de la Virgen. Después, la Virgen de la Cabeza siguió con “Coronación de la Macarena”.
































El itinerario de este traslado siguió por la calle Granada, a la que la Virgen de la Cabeza llegó con “Morena de luz de luna”, seguida después por “Concha” desde la Plaza de San Francisco a la calle Sierpes, donde una gran cantidad de personas contemplaban esta salida extraordinaria.
Con una doble interpretación de “Esperanza Macarena” giró el paso de Sierpes a Sagasta, calle en la que un grupo de ancianos de la residencia de San Juan de Dios aplaudían con auténtico entusiasmo cuando la Virgen de la Cabeza pasaba bajo su balcón. Después sonó “Saeta cordobesa”, marcha interrumpida antes de alcanzar la Plaza del Salvador.
Allí se repitió uno de esos tradicionales saludos con la bandera ante la Virgen de la Cabeza, mientras se oía de fondo la flauta y el tamboril de un miembro de la Hermandad del Rocío del Salvador. El capataz comentó esta circunstancia a sus costaleros y a continuación, en presencia del diputado de romería de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza, tuvo lugar la levantá.
Luego sonó nuevamente “Morenita y pequeñita”, cuya letra venía en el reverso de la estampita que los miembros de la hermandad iban repartiendo por las calles, y que en el anverso reproducía el cartel de esta salida extraordinaria. Por la calle Cuna, la Virgen de la Cabeza se alejó del Salvador a los sones de “Passio Granatensis”.



































Por la calle Cuna, la Banda de Música de la Cruz Roja tocó “El Corpus” y posteriormente “Aires de romería” cuando la Virgen de la Cabeza cruzaba hacia Orfila. A continuación, volvió a sonar “Coronación de la Macarena”.
Algunas de las representaciones de hermandades filiales se colocaron a ambos lados y frente a la puerta de la Capilla de San Andrés, donde también salió a recibir a la Virgen de la Cabeza una representación de la Hermandad de los Panaderos. El paso se volvió hacia la capilla mientras la banda tocaba “Como tú ninguna” antes de que se detuviera ante la puerta.
Después, la Virgen siguió hacia Daoiz con “Morena de luz de luna” y de nuevo se pudo escuchar “Morenita y pequeñita” mientras desde un balcón caía una nueva petalada.
Más adelante, en la Parroquia de San Andrés esperaba la Hermandad de Araceli, que tuvo el detalle de colocar el paso de su Virgen, que el próximo sábado saldrá a las calles, en la puerta ojival del templo. La Virgen de la Cabeza se volvió con la marcha “Glorias de Sevilla” para situarse frente a la Virgen de Araceli. La marcha fue interrumpida cuando el paso se detuvo y los miembros de la cofradía de San Andrés hicieron una ofrenda floral y rezaron la Salve.
Cumplimentada la visita entre las dos cofradías de gloria, la Virgen de la Cabeza se marchó a los sones de “Salve, Madre de la Salud” en dirección a la calle García Tassara. Allí, el capataz dedicó una levantá a las madres de los costaleros porque, según dijo, “os parieron costaleros sevillanos”, y la banda interpretó “Danos la paz” mientras la Virgen de la Cabeza giraba hacia Amor de Dios.






































Por Amor de Dios, el paso avanzó con cierta celeridad aprovechando la amplitud de la calle. Aquí el capataz dedicó otra levantá, en este caso a un antiguo costalero, a su padre y a su abuela, “para que la Virgen los cuide siempre”.
Después, la Virgen de la Cabeza avanzó a los sones de “La Esperanza de Triana”, y posteriormente, por la Alameda, la banda interpretó “Coronación” y luego “Siempre la Esperanza” ya en la calle Conde de Torrejón. Un hombre se acercó al capataz y le hizo una petición que enseguida obtuvo respuesta, con la levantá dedicada a Pepe, un cofrade de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza de Martos. “Ya está en el Cielo con la Morenita; esta levantá va por él y por toda su familia”, dijo.
La siguiente parada estaba en la Capilla de Monte-Sión. Para llegar hasta ahí, donde esperaba una representación de la hermandad del Jueves Santo, la Virgen de la Cabeza giró de Conde de Torrejón a Feria con la marcha “Virgen de las Aguas”, seguida por “Regina Sacratissimi Rosarii”.























Tras la entrega de una ofrenda floral por parte de la Hermandad de Monte-Sión, la Virgen de la Cabeza se alejó precisamente con la marcha “Rosario de Monte-Sión”. Posteriormente, por la parte más estrecha de la calle sonó “Nuestra Señora de la Cabeza”, seguida después por “Virgen de los Negritos” en la calle Aposentadores.
Cuando el paso estaba acercándose a la Capilla de la Divina Pastora, en la calle Amparo, la banda tocó una vez más “Morenita y pequeñita”. Se detuvo ante la puerta y los cofrades pastoreños cantaron la Salve, antes de que el paso se levantara y comenzara a moverse a los sones de “Mi Amargura”.
Llamó la atención que el paso empezara a andar hacia atrás, pero pronto se comprendió cuando desde las ventanas de las dependencias de la Hermandad de la Pastora salió una petalada más que obligó de nuevo a los encargados de encender la candelería a emplearse a fondo para que en el último tramo del itinerario la Virgen de la Cabeza fuera lo más iluminada posible.
En Madre María de la Purísima de la Cruz, el capataz, Manuel Roldán, recordó que hace unos años una enfermedad impidió a un costalero llevar sobre sus hombros a la Virgen de la Cabeza, e incluso su lugar en las trabajaderas se dejó libre en su honor. Ayer, sin embargo, ese costalero, Manuel Arias, estaba bajo el paso y por él se levantó el paso.
A continuación, la Virgen de la Cabeza siguió hacia San Juan de la Palma a los sones de la marcha “Candelaria”, con la que llegó casi hasta la misma puerta del templo.



































Ante la puerta de San Juan de la Palma, la Virgen de la Cabeza recibió una petalada más mientras la Banda de la Cruz Roja tocaba por última vez “Morena de luz de luna”, tras la que el paso se detuvo.
Seguidamente, el capataz dedicó la levantá a todos los hermanos y a quienes sin serlo han colaborado mucho en esta salida extraordinaria. “Glorias de Sevilla” sirvió para acompañar el giro de ciento ochenta grados ante la puerta del templo, aunque el giro se completó antes de que diera tiempo a concluir una segunda interpretación de la marcha que en ese mismo punto sonó el jueves cuando comenzaba el traslado de ida hacia la Catedral.
Finalmente, a la una menos veinticinco de la noche, la Virgen de la Cabeza atravesaba el dintel y entraba en San Juan de la Palma con el Himno Nacional.












Ya dentro del templo, la banda volvió a tocar “Morenita y pequeñita” mientras el paso se encaminaba al presbiterio, y posteriormente fue colocado ante su capilla en la nave de la Epístola. Todo ello, entre continuos vivas y el rezo de la Salve.
Así concluía una serie de jornadas extraordinarias protagonizadas por la Virgen de la Cabeza, el eslabón más emotivo que une devocionalmente Sevilla con tierras jiennenses.



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