lunes, 23 de mayo de 2016

LA PASTORA GUIÓ A SU REBAÑO POR EL BARRIO DE SAN LORENZO


La Hermandad de la Divina Pastora de las Almas, del Convento de San Antonio de Padua, celebró el pasado sábado su salida procesional por las calles del barrio de San Lorenzo, arropada en todo momento por gran cantidad de devotos y cofrades que quisieron acompañar a la primera Pastora que sale a las calles este año.
Algunos minutos antes de las ocho de la tarde, hora prevista para la salida, se puso en camino el cortejo, encabezado por cruz alzada y ciriales, seguidos de hermanos con cirios, incluyendo una simpática niña vestida de pastora, y las representaciones de las hermandades de la Bofetá, la Soledad de San Lorenzo y el Buen Fin. Antes de la presidencia iba el propio estandarte corporativo de la Pastora de San Antonio y detrás, el cuerpo de acólitos.





Comandado por José García Monge, el paso de la Pastora no tardó en hacer su salida desde San Antonio de Padua, sorprendiendo con un colorido y profuso exorno floral con diferentes especies de tonos morados, malvas, rosas y hasta verdes.
Fuera esperaba la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, que interpretó el Himno de España cuando el paso atravesó la segunda de las puertas, la que da directamente a la calle desde el atrio. Después, la primera marcha fue "Pastora Franciscana".












Por la calle San Vicente, la Pastora, con manto verde, avanzó a los sones de "Esperanza Macarena" y "Virgen de la Paz", al término de la cual, por la estrechez de la calle y los coches aparcados a un lado, uno de los zancos casi rozó con el bordillo al bajar el paso. Después, la levantá sorprendió a una turista que contemplaba a la cofradía desde la ventana de un hotel y sonrió al ver el movimiento del paso y, sobre todo, de las ramas del granado en el momento del salto.
José García Monge mandó a continuación que el paso siguiera hasta el Convento de las Madres Mercedarias, religiosas que estaban en la puerta para recibir a la Pastora. El capataz dedicó la levantá a las hermanas, "que llevaban varios años esperando que la Virgen pasara por su puerta".
Con la marcha "Virgen de los Reyes", el paso se alejó en dirección a la revirá de San Vicente a Guadalquivir, para la que la banda tocó "Virgen de los Estudiantes".
A continuación, tras un par de chicotás a tambor, el giro a la calle Teodosio se hizo a los sones de una doble interpretación macarena: primero "Macarena", de Abel Moreno, y después "Coronación de la Macarena", con la que la Pastora alcanzó un balcón desde el que unas mujeres lanzaron flores sobre el tupido monte del paso.





























Desde Teodosio, calle a la que volvería después, aunque por otro tramo, la Divina Pastora de las Almas giró a la calle Dalia, con la interpretación de la marcha "Coronación" por parte de la Banda de Las Cigarreras. Y antes de la revirá a Santa Clara, el capataz dedicó la levantá a Paco García, capataz de la Pastora que ese mismo día se había casado. "Por nuestro compañero, que no ha podido estar por un motivo muy bonito; le dije que se la iba a dedicar y así lo hago", comentó.
A continuación, con "Nuestra Señora de Guadalupe", el paso giró a Santa Clara y se dirigió al Convento de María Reparadora, al que llegó con "Al cielo con Ella". Vuelta la Pastora ante la puerta del convento, las hermanas y algunos de los ancianos de las que éstas cuidan le cantaron, antes de que el paso siguiera su camino con la marcha "Aniversario Macareno", a la que sucedió después "Candelaria" en el giro a la calle Santa Ana, quedando detenido el paso justo delante de la puerta del convento del mismo nombre, momento en que se produjo un relevo de costaleros.
Con la siguiente levantá se detectó que algunas ramas del granado estaban caídas tapando en cierta medida el rostro de la Pastora, de forma que en la siguiente parada se subió un miembro de la hermandad para intentar apartarlas con una vara. Sin embargo, no fue suficiente y tuvo que subir otro con unas tijeras para cortar directamente parte de dichas ramas y despejar así la cara de la Virgen.
Solventado el problema, el paso se metió en la calle Flandes con la marcha "Virgen de la Victoria".






















De camino a San Lorenzo, la Divina Pastora discurrió por Flandes y Manuel Font de Anta, por donde sonó la marcha "La Soledad", hasta llegar a Hernán Cortés. La revirá hacia la puerta de la parroquia la realizó el paso a los sones de "Madre de los costaleros", que se interpretó en dos ocasiones.
El paso se detuvo antes de atravesar el dintel y cuando lo hizo, la banda tocó el Himno Nacional. Ya dentro, la Pastora se encaminó en primer lugar a la capilla de la Soledad, donde esperaba una representación de su hermandad con el estandarte, una vez retirado del cortejo. Los cofrades soleanos hicieron allí entrega de un ramo de flores que se colocó sobre el paso.
A continuación, la hermandad fue a la capilla de la Bofetá, aunque antes se giró hacia el altar mayor, donde se encontraba la imagen de María Auxiliadora del Colegio de las Salesianas de San Vicente. Estaba y está sobre su paso, preparado para la salida procesional de mañana, martes. Frente a frente ambas imágenes, se rezó la Salve.
Después, la Pastora se encaminó hacia la capilla de la Hermandad de la Bofetá, que igualmente realizó una ofrenda floral.

























Si había entrado por la puerta que da a Hernán Cortés, la salida de San Lorenzo la llevó a cabo la Pastora por la puerta de la misma Plaza de San Lorenzo, momento en que la Banda de Música de las Cigarreras tocó nuevamente el Himno y luego la marcha "María Santísima del Dulce Nombre".
Seguidamente, el paso giró a su izquierda para dirigirse a la Basílica del Gran Poder, donde una representación de la hermandad de la Madrugá con su estandarte salió a recibir a la Divina Pastora. Hasta el Gran Poder se encaminó el paso con la marcha "Virgen del Valle", aunque cuando llegó a la altura de la basílica y se detuvo, la banda interrumpió la composición, para volver a tocarla de nuevo, esta vez completa, cuando el paso se levantó para dar la vuelta y alejarse de la plaza discurriendo por su pasillo central.
"Virgen del Valle" se engarzó con la marcha "Corpus Christi", aunque ésta fue cortada cuando la Pastora se paró en mitad de la plaza. Después, siguió adelante en dirección a la calle Cardenal Spínola, a la que llegó con "Coronación de la Macarena".
En este punto, algunos hermanos comentaban con los capataces que la cofradía iba demasiado lenta en base al horario marcado, por lo que se tomó la decisión de acelerar el ritmo. Con "Macarena", de Emilio Cebrián, la Pastora siguió por Cardenal Spínola, aunque pronto se arrió bajo un balcón engalanado con unas de las muchas banderas con el escudo de la hermandad que se vieron durante el recorrido. La banda interrumpió la marcha y el capataz dedicó la levantá a un hermano enfermo, pidiendo "que la Virgen lo ponga bueno".
Desde allí, el paso se marchó con "Virgen de las Aguas", mientras desde los balcones caían pétalos sobre la Pastora. Posteriormente, cuando de nuevo se detuvo, una señora hizo entrega de un ramo de flores que se puso, como los anteriores, sobre el monte.
Como había que acelerar, el paso realizó una larga chicotá desde el final de Cardenal Spínola hasta Martínez Montañés, incluyendo dos giros, con una doble interpretación de "La Estrella Sublime". El último giro, de Baños a Martínez Montañés, fue especialmente complicado por la estrechez, que casi hizo que rozara una de las maniguetas delanteras con la esquina, y uno de los guardabrisas del costero derecho con un rótulo comercial.
Superada perfectamente la dificultad, el paso siguió adelante con la marcha "Mater mea", seguida de "Rosario de Monte-Sión" en la revirá a la calle Pascual de Gayangos.








































En el tramo final de la procesión, la Pastora de San Antonio recibió, como es habitual cada año, una petalada desde una casa de la calle Pascual de Gayangos. En este lugar, el capataz quiso dedicar la levantá a "una hermana y una madre que han pasado una mala racha, pero están aquí y el año que viene estarán también". Acto seguido, el paso se alejó a los sones de "Madrugá Macarena", que la banda interpretó en dos ocasiones hasta que alcanzó la calle Teodosio.
En esta calle el capataz avisó a los costaleros de la presencia de Paco García, el compañero que ese mismo día se había casado y por el que poco después de la salida se había realizado una levantá. Acompañado de su esposa, asistió a una segunda dedicatoria en su honor.
Después, el paso continuó con la marcha "Triana de Esperanza", seguida posteriormente por "Madre Hiniesta" en el giro de Teodosio a Marqués de la Mina, donde la Pastora se detuvo bajo un balcón desde el que se le cantaron unas sevillanas.













Antes de marcharse con "Pasa la Virgen Macarena", la Pastora recibió una petalada desde el mismo balcón. Ya en la Plaza de San Antonio de Padua, la Banda de Música de Las Cigarreras interpretó "Reina de Triana", enlazada con "Como tú ninguna" en la revirá a la calle San Vicente.
A pocos metros del regreso a su templo, sonó tras el paso la marcha "Virgen de la Palma", como gesto de cariño a la Hermandad del Buen Fin, con la que la Pastora comparte sede canónica. Y tras esta composición de Manuel Marvizón, ya frente a la puerta, la banda tocó "Encarnación Coronada", a la que siguió el Himno Nacional cuando la Pastora entraba de nuevo en San Antonio.





















Una vez en el interior del templo, el paso fue ubicado a los pies de la nave central. Allí se produjo la última levantá, que el capataz quiso dedicar a las madres de todos los componentes de la cuadrilla, según dijo, "por haberos parido costaleros".


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