lunes, 15 de agosto de 2016
DÍA DE LA VIRGEN 2016: NOTABLE REPUNTE DE DEVOTOS JUNTO A LA PATRONA
Pasaban las seis y media de la mañana cuando un grupo de devotos de la Virgen de los Reyes accedía al centro de Sevilla por la calle San Luis. Sus chalecos reflectantes, sus pañuelos al cuello y sus bastones les delatan. Van camino de la Catedral desde algún municipio cercano para encontrarse con la Patrona.
Probablemente llevan caminando toda la noche. ¿Quién sabe si su cena fue un simple bocadillo tomado cuando ya, paso a paso, se dirigían a su destino? Pero ésa es la devoción que arrastra la Reina de Reyes, la Virgen que está en el origen de la segunda y definitiva historia cristiana de la ciudad, la que llegó para quedarse como el rey santo que la trajo, dice la tradición, consigo.
Ya en la plaza que lleva su nombre y en las calles adyacentes que rodean la Catedral se notaba, antes incluso del amanecer, un evidente repunte de fieles y devotos, también simples turistas, con respecto al año pasado. En 2015 el Día de la Virgen fue sábado, y la mañana fue fresca, por momentos casi fría. Quizá estos factores puedan explicar la relativa comodidad con la que se pudo seguir entonces a la Virgen de los Reyes durante prácticamente todo su recorrido, algo mucho más complicado hoy.
A eso de las ocho menos veinte de la mañana, con el alumbrado público ya apagado, se abría la reja de acceso a la Puerta de los Palos para la salida del esperado cortejo. La Banda Sinfónica Municipal, ampliada su plantilla con cornetas y tambores del Consejo de Bandas, daba inicio a la procesión, interpretando como primera marcha de su acompañamiento "Virgen de los Reyes Coronada". Este año, se ha sumado a la Sinfónica Municipal el Coro Nuestra Señora de la Soledad, de Castilleja de la Cuesta, que ha interpretado junto a la banda algunas composiciones.
Seguían los Niños Carráncanos de la Sacramental del Sagrario, la cruz patriarcal y los miembros de la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes y San Fernando, portando cirios blancos. Los nuevos dirigentes del Consejo Superior de Hermandades y Cofradías, salidos de las elecciones del pasado 30 de junio, con Joaquín Sainz de la Maza al frente, antecedían a los cofrades de la Sacramental del Sagrario con su característico estandarte azul y sus cirios rojos.
El Himno Nacional a cargo de la Banda de Música de la Segunda Subinspección General del Ejército Sur anunció la salida del paso de palio de tumbilla que cobija a la Virgen de los Reyes. Delante venían el Clero Secular, la Coral Polifónica y el Cabildo Catedral.
La Patrona giró en su plaza hacia Placentines a los sones de la marcha "Virgen de los Reyes". Con su andar ligero habitual, el palio, cuajado de claveles blancos y nardos en las esquinas, y sólo claveles en el friso, tomó Placentines, seguido de cerca por el arzobispo, Juan José Asenjo, y el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra.
Este año, la Virgen de los Reyes ha llevado el manto de terciopelo rojo bordado en oro a mediados del siglo XIX y donado a la Patrona por la Duquesa de Montpensier, María Luisa Fernanda de Borbón. Además, la Virgen ha salido por primera vez tras la restauración llevada a cabo el pasado mes de noviembre por parte de Francisco Arquillo.
En la esquina entre Placentines y Alemanes se produce cada año uno de esos tradicionales giros completos o 'posas' de la Virgen de los Reyes, que permiten a todos los congregados en ese punto, como también en los dos giros en la Avenida, contemplar a la Patrona y su paso desde todos los ángulos.
Las campanas de la Giralda repican en cada una de estas 'posas', así como en otros momentos del breve itinerario de la Virgen de los Reyes, que, completado el giro, tomó Alemanes a los sones de la marcha "Corpus Christi".
Tras recorrer la Avenida, la Virgen de los Reyes siguió su rodeo a la Catedral por Fray Ceferino González, a la que llegó después de hacer una más de sus 'posas'. El sol la iluminaba de frente y numerosísimas personas esperaban su llegada en la Plaza del Triunfo y subidas tanto en las gradas del Archivo de Indias como en el monumento a la Inmaculada, un punto destacado de la devoción mariana en otra de las grandes festividades de la ciudad, como es la de cada 8 de diciembre.
El paso se detuvo un momento precisamente junto al Archivo de Indias antes de continuar hacia la recta final del recorrido.
Por fin, la Virgen de los Reyes alcanzó la plaza que lleva su nombre y su paso fue colocado ante la Puerta de los Palos, parado hasta que las representaciones civiles y militares desfilaron ante Ella. La banda militar y el Ejército se quedaron en la Plaza del Triunfo para salir con paso firme hacia la Patrona, pasando delante de la Virgen entre los aplausos de la multitud congregada en la plaza, alrededor de la fuente.
Finalmente, con los mismos costaleros que la habían sacado a la calle una hora y media antes, ya que no hay relevos bajo las trabajaderas del paso de la Patrona, la Virgen de los Reyes cambió el sol que fuertemente llegaba hasta Ella desde Mateos Gago por la oscuridad de las naves catedralicias, en las que a continuación se celebró el solemne pontifical presidido por el arzobispo.
Las campanas de la Giralda rubricaron con su intenso repicar la procesión de la Patrona de Sevilla y su Archidiócesis, y el rito de fe y de sincera y popular devoción en torno a Ella se volvió a cumplir en la ciudad de la que es dueña y señora desde hace ya bastante más de siete siglos y medio.
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