La Hermandad de la Hiniesta celebra durante estos días el triduo en honor a María Santísima de la Hiniesta Gloriosa, que culminará el jueves día 8, festividad de la Natividad de la Virgen María, con la Función Votiva a la que, como es costumbre desde la epidemia de peste que asoló la ciudad en 1649, asistirá corporativamente bajo mazas el Ayuntamiento de Sevilla.
Fray Rafael Pozo Bascón está siendo el encargado de predicar el triduo, mientras que la Función Votiva estará a cargo de Fernando García Álvarez-Rementería, párroco de San Julián y Santa Marina, con la participación de la Coral Polifónica Virgen de la Hiniesta y la Banda Sinfónica Municipal.
Para estos cultos, la priostía de la Hermandad de la Hiniesta ha montado un altar de cultos que tiene como fondo dos altos cortinajes de damasco rojo sobre los que se han situado sendos reposteros con el emblema de la ciudad. En el centro hay un dosel de terciopelo burdeos con bordados en oro, ante el que se encuentra la Virgen de la Hiniesta sobre su peana procesional y vistiendo un manto azul.
La estructura del altar está compuesta por los paños laterales y las dos partes traseras de los antiguos respiraderos del paso de palio de la Hiniesta, realizados por Cristóbal Ortega en 1893, con el escudo de Sevilla labrado en orfebrería dorada en la parte superior. Delante de estos respiraderos hay un buen número de candeleros de diferentes tamaños con cera blanca, cuatro de las antiguas jarras del palio con varias especies de flores blancas y ocho jarritas pequeñas.
Finalmente, sobre la mesa del altar, en el centro, se encuentra un manifestador de madera tallada y dorada con una imagen del Niño Jesús, y la base de todo el conjunto se cubre con unos faldones burdeos con el escudo de la ciudad bordado prendido en el centro.
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