viernes, 9 de septiembre de 2016

LA VIRGEN DE GUADALUPE RECUPERA EL RITMO DE LAS GLORIAS 2016


Pasados los calores del mes de agosto... y ya en los plenos calores de septiembre, el ciclo de las Glorias sevillanas de 2016 retomó su camino anoche con la Virgen de Guadalupe de San Buenaventura, que protagonizó una rápida salida procesional por las calles cercanas al entorno del convento franciscano.
Al terminar la función solemne de las ocho de la tarde, se puso en camino la cofradía por unas calles Carlos Cañal y Bilbao convertidas en un zafarrancho de obras y arena que, en cualquier caso, no impidió la salida de la réplica de la Patrona de Extremadura.
Una cruz alzada entre faroles daba inicio al cortejo, al que seguían la bandera fundacional, la representación, con su estandarte corporativo, de la Hermandad de la Soledad de San Buenaventura, el libro de reglas, el propio estandarte de la Hermandad de Guadalupe y el cuerpo de acólitos.





No tardó en salir el paso con la Virgen de Guadalupe, ataviada en esta ocasión con un manto verde, momento en que la Banda de Música Nuestra Señora del Sol interpretó el Himno de España, seguido de la marcha de Antonio Pantión "Nuestra Señora de Guadalupe".
José Manuel Rechi guió a los costaleros por la complicada calle Carlos Cañal para girar a continuación a la derecha hacia Bilbao. En esta calle se detuvo por primera vez y continuó después hasta la calle Madrid con la marcha "Virgen de las Aguas". Flores blancas adornaban el pequeño paso dorado que Guzmán Bejarano ideó para la Virgen de Guadalupe.















A un paso siempre bastante largo, la Virgen de Guadalupe siguió su recorrido por Zaragoza, calle que alcanzó a los sones de "Madre Hiniesta". Posteriormente, la Banda del Sol tocó "Virgen de los Negritos" para el giro a Doña Guiomar, marcha que finalizó cuando el paso alcanzó la Capilla del Mayor Dolor, donde salió a recibir a la cofradía del convento franciscano la Hermandad de Jesús Despojado con su estandarte corporativo.
Precisamente, en este punto el fraile que formó parte de la presidencia de la cofradía durante todo el itinerario dirigió unas oraciones que incluyeron el Ave María, así como las invocaciones a la Virgen de Guadalupe y Nuestro Padre Jesús Despojado para la protección de todos.
A continuación, el paso con la réplica de la Patrona de Extremadura, tallada por Juan Abascal en 1960, se alejó de la capilla con la marcha "Coronación de la Macarena", hasta quedar detenido en el principio de la calle Castelar.

























La Virgen de Guadalupe recorrió entera la calle Castelar, mientras la Banda del Sol tocaba composiciones como "La Estrella Sublime" y "Virgen de la Paz", ésta ya en García de Vinuesa. Justo antes de girar hacía Fernández y González, la banda anunció con el platillo una nueva interpretación, aunque antes de que empezara a sonar el capataz mandó parar el paso.
Inmediatamente después, ahora sí, la banda tocó "María Santísima del Dulce Nombre" y el paso continuó hacia la Casa de Extremadura, donde la esperaban con banderas en la puerta y a la que llegó con la marcha "Pasan los campanilleros". El paso se volvió hacia la casa de los extremeños que habitan en la capital andaluza y el fraile pidió a los presentes el rezo de un Ave María por Extremadura y por Sevilla. Acto seguido, hubo una ofrenda floral y luego salió por unos altavoces la música del himno de la región vecina y muchos de los presentes cantaron la letra.














































Con la marcha “Hosanna in excelsis”, la Virgen de Guadalupe salió de Fernández y González a la Avenida de la Constitución para encaminarse a la Plaza Nueva. “Aniversario Macareno” y “Coronación” fueron las marchas con las que el paso alcanzó este amplio espacio del centro de Sevilla que, sin embargo, recorrió en los primeros metros pegado a los edificios en los que se encuentra la Capilla de San Onofre.
Seguidamente, la Banda del Sol interpretó “Rosario de Monte-Sión” y, tras una larga chicotá a tambor hasta el lado de la plaza donde está el Hotel Inglaterra, “Esperanza Macarena” hasta el inicio de la calle Bilbao.


































En el tramo final de la procesión, la penúltima marcha escogida fue “Reina de San Román”. Posteriormente, con el paso ya junto al Convento de San Buenaventura, el capataz advirtió a los costaleros que otra vez tuvieran cuidado con el suelo de la calle. “Levantad los pies, que os vais a llenar de arena hasta los ojos”, dijo.
La última levantá en la calle dio paso a la interpretación de la marcha “Mi Amargura” por parte de la Banda del Sol, composición que duró hasta que la Virgen de Guadalupe estuvo dentro del templo. Antes, aún fuera, el capataz mandó que los costaleros fueran dándose la vuelta de uno en uno sin que el paso se detuviera sobre la rampa de arena que se había habilitado ante la puerta.
Finalmente, concluida la marcha y con la Virgen ya recorriendo la nave principal de la iglesia conventual entre los bancos, la banda concluyó su participación con su versión corta del Himno Nacional.
















Tras colocarle al paso las ruedas en los zancos y ser ubicado definitivamente en el lado derecho del presbiterio del templo, los presentes rezaron por última vez el Ave María a la Virgen de Guadalupe, además de la Salve, finalizando así la procesión de tan importante devoción extremeña unas dos horas después de su salida.


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