Con motivo de la festividad de San Antonio María Claret, que se celebra mañana, lunes, el Colegio Claret y la parroquia, con la colaboración de la Hermandad de la Misión, llevaron a cabo el pasado viernes una procesión con la imagen del santo por las calles del barrio de Heliópolis.
Alumnos de diversas edades del colegio integraron el cortejo de esta procesión, que dio comienzo a las cinco de la tarde, saliendo la cruz parroquial entre ciriales. A continuación iban los alumnos, portando velas blancas de diferentes tamaños según la edad de los niños, y llevando los mayores el estandarte con el escudo del colegio claretiano de Sevilla. Finalmente, iba el estandarte corporativo de la Hermandad de la Misión, que tiene al fundador de los Misioneros Claretianos como uno de sus titulares.
Antes de salir del templo, la Banda de Música Nuestra Señora de la Soledad de Cantillana interpretó varias marchas. La primera fue "Nuestra Señora de Guadalupe", con la que la imagen de San Antonio María Claret se situó ante el altar del Inmaculado Corazón de María, talla a la que pertenece el paso sobre el que procesionó el santo.
Posteriormente, con "Coronación de la Macarena", el paso buscó la puerta para salir a las calles y comenzar su recorrido por Heliópolis. La banda interpretó el Himno Nacional, seguido después por el "Himno a San Antonio María Claret" y la marcha "Revirá", tras la que el paso se detuvo ya en la avenida Padre García Tejero.
Tras una levantá, que siempre fueron a pulso en este paso,
continuó el recorrido con las marchas “Al cielo con Ella” y “Virgen de la Paz”,
seguida después por “Madre Hiniesta”, composición con la que el paso de San Antonio
María Claret, adornado fundamentalmente con margaritas y gladiolos, se internó
en la calle Nicaragua. Comenzó aquí la sucesión de calles del barrio de
Heliópolis caracterizadas por la existencia de numerosísimos árboles y casas
ajardinadas.
Bajo un cielo completamente blanco por la presencia de una continua masa de nubes que ya parecían anticipar la lluvia que caería al día siguiente, San Antonio María Claret siguió su itinerario girando de Nicaragua a Tajo, calle a la que llegó con la marcha "Dios te salve, Macarena".
Poco después, tras un relevo de costaleros, hubo otra revirá, en este caso para tomar la calle Paraguay, en la que sonó "Virgen de la Estrella". A continuación, se produjo una levantá que el capataz dedicó a todos los costaleros y, después de una chicotá a tambor, la dedicatoria fue a los niños, especialmente a los que están enfermos.
Tras esta levantá, el paso accedió a la Plaza de los Andes, rodeándola por las calles Paraguay, Baleares y Chile. En este tramo de la procesión la Banda de la Soledad de Cantillana interpretó las marchas "Pasa la Virgen Macarena", que se tocó en dos ocasiones, aunque la segunda fue interrumpida al completar el giro entre Paraguay y Baleares, "La Virgen de Sevilla" y "Macarena", de Abel Moreno. Entre estas dos últimas marchas, el capataz dejó a un niño tocar el llamador en una levantá.
“Siempre la Esperanza” fue la composición escogida para el
giro entre las calles Chile y Ebro, a la que siguió después “Encarnación
Coronada” para alcanzar Uruguay, donde también se interpretó “La Estrella
Sublime”.
Una doble interpretación de la marcha “Y en Triana, la O”
sirvió para que el paso de San Antonio María Claret saliera de la calle Uruguay
de nuevo a Padre García Tejero. Después, a los sones de “Madrugá Macarena”, fue
acercándose al templo, aunque caminando a un ritmo más lento que el que había
llevado a lo largo de toda la procesión. De hecho, en la siguiente levantá, el
capataz pidió precisamente a los costaleros que andaran “despacito, sin prisa”.
A continuación, el paso siguió con “La Asunción de
Cantillana” y después giró para entrar en el atrio del templo claretiano con
una doble interpretación de la marcha “Revirá”, que ya había sonado en ese
mismo lugar a la salida.
Ya frente a la puerta, el paso giró sobre sí mismo para
entrar mientras la Banda de la Soledad de Cantillana volvía a tocar el “Himno a
San Antonio María Claret”, aunque en este caso los niños que habían participado
en el cortejo, y que ahora ocupaban el atrio y el interior de la parroquia,
cantaron la letra, dando lugar a un momento de gran emoción que se repitió
en dos ocasiones hasta que se completó el giro.
A continuación, el paso entró en el templo y recorrió toda
la nave hasta el presbiterio, quedando definitivamente colocado en el lado
izquierdo.
Con un "¡Viva San Antonio María Claret!" contestado por los niños que abarrotaban la parroquia finalizó esta salida procesional, tras la que se celebró una misa para los alumnos, profesores y padres del centro educativo.
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