lunes, 19 de diciembre de 2016
MARÍA SANTÍSIMA DEL AMOR DE LA RESURRECCIÓN, EN BESAMANOS
La Hermandad de la Resurrección celebró ayer, domingo, el besamanos a María Santísima del Amor, que dio a besar a los devotos su mano derecha durante toda la jornada, antes y después de la función solemne en su honor que tuvo lugar a las doce del mediodía.
Vestida con manto y saya de un color burdeos muy oscuro y con bordados en oro, la Virgen del Amor estuvo situada sobre una peana de madera policromada con el anagrama mariano en el centro. Lucía corona y puñal de plata, así como un corazón también de plata en el pecherín y un collar de perlas. Tenía un rosario en cada mano, y en la izquierda además una medalla de la hermandad.
La dolorosa que tallara Jesús Santos Calero se encontraba en el presbiterio alto de la Iglesia de Santa Marina, ante un dosel de cultos de terciopelo y damasco rojo, galones dorados, gotera de madera policromada con cuatro espejitos, crestería de madera dorada y seis caídas bordadas. Por encima del dosel se podía ver al Señor de la Sagrada Resurrección en su lugar de culto habitual presidiendo el templo.
A los pies de la Virgen, a cada lado, había unos pequeños faroles cedidos por la Hermandad de los Sastres y unos candelabros plateados con cinco velas blancas cada uno y elevados en sendas columnas de madera dorada de fuste salomónico. Flanqueando al dosel había otros dos más pequeños con faroles y ángeles cedidos por la Hermandad de los Javieres. Estos ángeles eran los que antiguamente figuraban en las esquinas del paso del Santísimo Cristo de las Almas, sustituidos en 2007 por los actuales.
Finalmente, en los extremos del conjunto había otros dos candelabros similares a los anteriormente descritos, aunque con capacidad para sólo tres velas cada uno; y en la zona que delimita la parte alta y la baja del presbiterio se situaron cuatro blandones dorados, dos a cada lado. Se completaba el altar con una decoración floral típicamente navideña.
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