El pasado domingo tuvo lugar en la Parroquia de San Vicente el besamanos a Nuestro Padre Jesús de las Penas, que estaba en el presbiterio alto del templo a una altura bastante elevada por la doble peana que tenía: una de madera tallada y dorada de estilo rocalla, y otra que contaba con un paño bordado en el frontal.
El Señor de las Penas vestía la túnica burdeos bordada en oro por Salvador Aguilar y Manuel Mendoza en 2012, lucía las potencias de oro de Rosario Pantión y llevaba la cruz procesional de madera, carey y plata, sujeta en su base por los ángeles que también van en su paso.
Detrás estaba el dosel de cultos de la hermandad, flanqueado por diversos blandones dorados con cera morada. Y a la altura del Señor veíamos en los extremos del altar del besamanos dos de los faroles de las esquinas de su paso, varias jarras del paso de palio de la Virgen de los Dolores con claveles rojos y dos de los guardabrisones también del paso sobre el que el Cristo caído de San Vicente recorre las calles cada Lunes Santo.
Por su parte, la Virgen de los Dolores, vestida de hebrea, estaba en la capilla de la hermandad acompañada de San Juan Evangelista en el lugar de culto habitual del Señor de las Penas. Ambos estaban rodeados de blandones dorados con cera blanca y dos guardabrisones, y tenían a los pies un centro de claveles blancos.
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