Este sábado tuvo lugar la salida procesional de la Hermandad de los Sastres, que recorrió las calles de la zona de la Alfalfa acompañada por una importante cantidad de gente que la siguió a lo largo de su itinerario, lo que demuestra cómo se va asentando una histórica cofradía de gloria que hace unos años retomó sus salidas anuales en el último sábado del mes de septiembre.
Tras salir a las siete de la tarde de la Iglesia de San Ildefonso, el cortejo de la corporación tomó la estrechez de Caballerizas encabezado por la cruz de guía entre faroles, una representación del colegio mercedario de San José, la presencia de las hermandades de la Virgen de la Alegría y el Beso de Judas con sus respectivos estandartes corporativos, la Sacramental de San Ildefonso, el libro de reglas y el estandarte propio de la Hermandad de los Sastres.
Tras los acólitos con cuatro ciriales venía el paso de palio de tumbilla de la Virgen de los Reyes, que este año vestía un conjunto de manto de brocado de tonalidad rosa claro y saya blanca. Por la calle Caballerizas, la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, venía interpretando la marcha "Virgen de Montserrat", con la que el paso llegó hasta la misma esquina con la Plaza de Pilatos y la calle Águilas, hacia la que giró después a los sones de "La Virgen de los Desamparados".
Carlos Yruela y sus auxiliares eran los encargados de comandar el paso de la Virgen de los Reyes, que estaba adornado con nardos en las esquinas, mientras que a lo largo del friso veíamos una combinación de diversas especies de tonos rosas y blancos.
Tras una chicotá a tambor ya en la calle Águilas, el paso recorrió la fachada del Convento de Santa María de Jesús y se volvió mientras sonaba la bella marcha "Bajo tu amparo" ante la ventana donde las hermanas clarisas esperaban para ver pasar a la Virgen. La alegría de las religiosas era muy llamativa, recibiendo a la Virgen de los Reyes con amplias sonrisas e incluso una de ellas la saludaba con la mano y le lanzaba besos.
Una vez vuelto el paso ante la ventana, las hermanas cantaron una curiosa versión de la Salve y posteriormente, después de que el capataz les dedicara la levantá, el paso siguió su camino a los sones de "Nuestra Señora del Socorro" y las monjas despidieron a la Virgen entre aplausos.
La Virgen de los Reyes siguió por la calle Águilas hacia la
Alfalfa bajo su palio de tumbilla, ya finalizado el año pasado en el terreno
del bordado por parte de Manuel Ojeda, quien es además el vestidor de la imagen. A lo largo de la calle se escucharon las
marchas “Pasan los campanilleros” y “Virgen de los Negritos”, ésta ya en el
último tramo hasta quedar el paso detenido en la misma esquina con la calle
Jesús de las Tres Caídas.
Para adentrarse en la Plaza de la Alfalfa, la cuadrilla de
capataces y costaleros se encontró con una dificultad, ya que no había sido
retirado un pivote de los que impiden el paso del tráfico rodado por la zona.
Por ello, hubo que levantar por completo los faldones delantero y trasero, y
los costaleros tuvieron que abrir un hueco en el centro del paso bajo las
trabajaderas para dejar sitio al pivote hasta que lo superaron.
A continuación, la Virgen de los Reyes, que lleva una
pequeña talla de San Mateo en la delantera de su paso, recorrió la plaza
mientras la Banda de Las Cigarreras tocaba “Coronación de la Macarena”. Y
después, para el giro hacia la calle San Juan, sonó “Esperanza Macarena”,
aunque el paso se detuvo aún en la plaza antes de internarse en dicha calle.
Desde la Alfalfa, la Virgen de los Reyes, para la que este
año se ha estrenado la marcha “Reina de los Sastres”, de Rubén Jordán, siguió
hacia la Plaza del Cristo de Burgos y la de San Leandro, para regresar por
Zamudio a San Ildefonso, donde entró alrededor de las diez y media de la noche. Se puso así fin a la salida de esta antigua hermandad letífica cuyo hermano
mayor, Miguel Andreu, ha sido este año el encargado de ofrecer el Pregón de las
Glorias en la Catedral.
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