La Hermandad de Pasión y Muerte celebró el pasado sábado la salida procesional de su imagen gloriosa y titular también de la parroquia en la que tiene su sede, Santa María del Buen Aire. De esta forma, la cofradía recuperó su día habitual de salida, el último sábado de septiembre, y su itinerario por el trianero barrio de Voluntad, después de la procesión de 2016, en que de forma extraordinaria salió en viernes y visitó la Parroquia de Santa Ana con motivo del 750 aniversario de ésta y el 50 aniversario de la propia Parroquia de Buen Aire (ver).
La salida se produjo a las ocho menos cuarto de la tarde, saliendo desde el templo únicamente la Virgen en su templete de plata, estando el paso esperando en la calle debido a las conocidas dimensiones de la parroquia. Una cruz alzada con manguilla entre ciriales daba inicio al cortejo, seguida del estandarte corporativo y el cuerpo de acólitos.
Detrás, venía el paso de la Virgen del Buen Aire, que tras la salida recorrió diferentes calles del barrio antes de alcanzar el punto más esperado de la procesión, que se encontraba en la calle Virgen del Pino, perfectamente engalanada con colgaduras y reposteros, y en la que esperaba una gran petalada.
Manuel Vizcaya comandaba el paso como capataz general de la cofradía, dado que cada Viernes de Dolores también se ocupa de guiar al Santísimo Cristo de Pasión y Muerte durante su estación de penitencia. Con la marcha "María en Su Desconsuelo", interpretada por la Banda Municipal de Mairena del Alcor en la calle Virgen del Mar, el paso llegó hasta la misma esquina con Virgen del Pino, quedando detenido en ese punto tras completar la revirá.
Una larga parada dio paso a continuación al discurrir de la Virgen del Buen Aire por esta calle, donde numerosos vecinos contemplaban la cofradía. Con "Virgen de la Paz" recorrió la imagen los primeros metros de la calle, seguida posteriormente por "Encarnación Coronada", durante cuya interpretación se lanzó la gran petalada. Y sin solución de continuidad, la banda tocó después "La Estrella Sublime", con la que el paso salió a la calle Virgen de Fátima.
Una vez en la calle Virgen de Fátima, el capataz llamó al
hermano mayor de Pasión y Muerte, Antonio Martín Manzano, porque quiso
dedicarle la siguiente levantá. Manuel Vizcaya aprovechó su despedida este año
al frente de la cofradía para agradecerle su confianza al haber querido contar
con él como capataz de la hermandad. “De bien nacidos es ser agradecidos, y si
el año que viene sigo como capataz de esta hermandad será gracias a él, que
confió en mí en su momento”, afirmó.
Tras tocar Antonio Martín el llamador, el paso de la Virgen
del Buen Aire, adornado con una importante variedad floral compuesta, entre
otras especies, por rosas, lilium, margaritas y gladiolos, realizó una lenta
chicotá a los sones de “La Madrugá”.
Finalizada la marcha, el paso se detuvo de nuevo y después
el capataz dedicó la levantá a España, pidiéndole a la Virgen del Buen Aire por
el conflicto de Cataluña, haciendo alusión al referéndum ilegal del domingo.
Según dijo, “que cuando pasen las veinticuatro horas de mañana España siga
siendo España”. Y añadió: “por los que creemos en una España católica”.
A continuación, sonó “Pasan los campanilleros” antes de la
última levantá poco antes de alcanzar la parroquia. En este caso, Manuel
Vizcaya la dedicó a los costaleros y a toda la gente que ellos quieren, siendo
a continuación el turno de la marcha “Siempre la Esperanza”, con la que la
Virgen del Buen Aire llegó hasta la misma puerta del templo.
Ya ante la puerta, comenzó el proceso de bajada de la Virgen
de su paso para entrar en la parroquia. Se retiraron las flores del friso, las
jarras y el candelabro central, todo ello en el costero izquierdo,
para que varios costaleros procedieran a bajar el templete y lo llevaran hasta
la misma puerta, donde fue colocada sobre una plataforma con ruedas, momento en
que la Banda de Mairena del Alcor tocó el Himno de España, finalizando así su
intervención en la procesión.
Antes de introducir a la Virgen en el templo, todos los
presentes cantaron la Salve Regina, tras la que la imagen entró definitivamente
y recorrió la nave central en dirección al presbiterio. El capataz y los costaleros, por su parte, se ocuparon de llevar el paso hasta la cercanas dependencias de la hermandad.
Las oraciones por los hermanos difuntos (Padre Nuestro, Ave
María y Gloria) pusieron fin a la salida procesional de la Virgen del Buen
Aire, que quedó ubicada junto al Santísimo Cristo de Pasión y Muerte y la
Virgen del Desconsuelo y Visitación a la espera de su colocación en el altar
principal de la parroquia a la que da nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario