La imagen de Nuestro Padre Jesús de la Pasión se muestra expuesta en besapié durante este fin de semana ante su altar de la capilla sacramental de la Iglesia del Salvador. En esta ocasión, el Señor viste la túnica que estrenó en el besapié de la pasada Cuaresma; una obra bordada en plata sobre terciopelo color corinto realizada por Jesús Rosado, según el diseño de Rafael de Rueda, que se inspiró para su dibujo en el grabado que hizo Pedro Tortolero en el siglo XVIII, en la que fue la primera representación gráfica de la talla del Nazareno de Martínez Montañés.
Al contrario de lo ocurrido en el besapié de enero del pasado año (ver), el Señor de Pasión no lleva ni corona de espinas ni potencias. Lo que permanece inalterable es el hecho de estar elevado sobre su peana de besapié, donada por un grupo de hermanas con motivo de la celebración del CDL aniversario de la hermandad.
A cada lado de la peana vemos un pie de terciopelo con galones dorados y base cuadrada que sujetan sendas jarras del paso de palio de Nuestra Madre y Señora de la Merced con rosas rojas. En el suelo, ante la peana, hay un gran centro también con las mismas flores, mientras que detrás, sobre la mesa del retablo hay otras dos jarras del palio con rosas y cuatro pequeños centros.
En los laterales del retablo se han dispuesto un total de dieciocho candeleros, nueve a cada lado, con cera roja. Y más cerca del camarín, ocupado durante el besamanos por la Virgen de la Merced, la cera de sus dos candeleros es blanca.
Finalmente, sobre las peanas de culto habitual de la dolorosa y de San Juan Evangelista hay unos ángeles mancebos que portan sendos incensarios y que delante tienen dos guardabrisones cada uno con codales rojos. Y en los extremos del altar están la bandera negra en el lado izquierdo y el estandarte corporativo de la hermandad en el derecho.
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