Como es tradicional, la Parroquia de San Julián ha contado durante estas fiestas navideñas con un nacimiento a tamaño natural protagonizado por la Virgen del Rosario y su Niño. En el lado izquierdo del presbiterio, ante el altar de la propia hermandad, los cofrades han montado un belén con un portal cubierto de diferentes plantas y ramas donde la Virgen ha estado sentada en varias pacas de paja con el Niño en sus brazos y con tres rosas de color rosa en su mano derecha.
Viste la Virgen del Rosario un manto celeste de brocado, una saya blanca, una mantilla de encaje y un fajín hebraico. Además, lleva una aureola dorada con estrellas tras la cabeza. A su lado, vemos la talla de San José que pertenece a la hermandad junto a la cuna.
Y en el suelo, alrededor de las tallas, hay diferentes productos, como naranjas, limones, lentejas, garbanzos, nueces y huevos. Y además, junto a la Virgen, hay una serie de enseres de costura al lado de varios cántaros por los que en todo momento está corriendo agua. Remata el belén sobre el portal un gallo.
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