La Hermandad de la Trinidad se encuentra celebrando durante este año el 450 aniversario de la capilla que ocupa en la actual Basílica Menor de María Auxiliadora. Por este motivo, y coincidiendo con el besapié al Cristo de las Cinco Llagas que siempre tiene lugar el primer fin de semana de la Cuaresma, también estuvo expuesta en besamanos la Virgen de la Esperanza.
La dolorosa de Juan de Astorga, que vestía de hebrea, fue situada delante sobre una peana de madera tallada y dorada, y entre candelabros con cera blanca, mientras que el crucificado se ubicó detrás, en posición vertical y ante un cortinaje de terciopelo rojo que cubría toda la pared en la que se sitúa el camarín de la Virgen.
Junto al Cristo de las Cinco Llagas había un total de seis altos blandones dorados de madera dorada con altos cirios de color blanco, así como cuatro jarras del paso de palio de la Esperanza Trinitaria sobre columnas de fuste salomónico talladas en madera dorada. Las jarras sostenían claveles rojos y lirios morados.
La construcción de una capilla propia para la hermandad fue posible gracias a la decisión de los trinitarios calzados, propietarios entonces del templo que hoy pertenece a los salesianos. Los trinitarios se reunieron en capítulo el 15 de agosto de 1567 y acordaron ceder un cercado a la hermandad, que desde su fundación estaba establecida en esta iglesia conventual. Sobre la fecha de fundación de la cofradía, Félix González de León la situó en el año 1507, aunque las primeras reglas no fueron aprobadas hasta 1555.
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