La Parroquia de los Dolores del Cerro del Águila ha acogido este fin de semana el besapié al Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono, finalizando así los cultos en su honor que comenzaron con el quinario, siguieron con la función principal e incluyeron el vía crucis del pasado viernes por las calles del barrio.
Para este besapié, el Cristo del Desamparo y Abandono estaba tumbado ante el retablo en el que recibe culto, en la cabecera de la nave de la Epístola de la parroquia que cumple en este 2018 su LXXV aniversario. Los brazos de la cruz se encontraban apoyados sobre columnas de base cuadrada en los escalones superiores, mientras que la base estaba en la parte baja, lo que favorecía una mayor inclinación del crucificado.
El Cristo que tallara Francisco de Ocampo lucía las potencias de salida y tenía, tanto en la zona de los brazos como en la base de la cruz, un exorno floral compuesto por claveles de tonalidad púrpura salpicados de estátice morado.
Detrás del crucificado, veíamos a cada lado una jarra del paso de palio de la Virgen de los Dolores con las mismas flores entre dos candeleros con cera de color rojo. Y al fondo, en el retablo había un dosel de cultos de madera dorada con el escudo de la hermandad en la parte superior. Un estandarte sacramental presidía el altar, en el que también se dispusieron otros siete candeleros con cera roja, mientras que junto al sagrario había dos jarras más del paso de palio y los cuatro faroles que van en los costeros del paso de misterio.
Por último, hay que apuntar la presencia del estandarte corporativo de la Hermandad del Cerro en el lado izquierdo del espacio que ocupaba el besapié al Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono.
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