Tras el triduo en su honor, este viernes, día de su festividad, ha comenzado el besamanos a María Santísima de la Candelaria en la Parroquia de San Nicolás, un culto que se extenderá a lo largo de todo el fin de semana.
En este besamanos, la Virgen de la Candelaria porta en su mano izquierda un rosario del Papa Francisco, recogido por el propio párroco de San Nicolás, Miguel Ángel Núñez Aguilera, en una reciente visita al Vaticano. Se trata del rosario que habitualmente el Papa regala a los jefes de Estado.
La dolorosa que tallara Manuel Galiano luce la corona procesional y viste su manto de salida, una saya de tisú bordada en oro y en la cintura tiene un fajín militar de color rojo, borlones dorados y un entorchado.
La Virgen de la Candelaria, que está en el presbiterio alto del templo elevada sobre una peana plateada, luce en el pecherín una cruz, una pequeña medalla con el escudo de la hermandad, un alfiler con su advocación y un puñal. Y en la mano izquierda, además del rosario, sujeta un pañuelo, mientras que la derecha es la que da a besar a los devotos.
Flanqueando a la Virgen, hay dos columnas de madera dorada que sostienen sendos candelabros plateados con nueve velas blancas cada uno. Y más hacia los extremos, hay dos faroles de plata sujetos en las barandillas que separan las diferentes alturas del presbiterio del templo.
Al fondo, con el retablo mayor tapado por un enorme cortinaje de damasco rojo, vemos el dosel de cultos de la hermandad presidido por el estandarte sacramental situado entre dos cirios blancos sostenidos por la base de los candelabros de cola del paso de palio. El dosel se apoya en una estructura conformada por parte de los respiraderos del mismo paso que cuentan con algunos candeleros y varias jarras con diversas especies florales de color blanco, entre las que destacan unas grandes rosas. En la parte inferior de este altar y en el centro hay un relicario entre dos ángeles mancebos de madera policromada que sostienen incensarios.
Finalmente, hay que apuntar la presencia de tres centros florales, dos de ellos en los laterales del presbiterio y otro en el centro, ante la Virgen, y cuatro grandes blandones de plata en la parte delantera del altar del besamanos.
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