viernes, 16 de marzo de 2018
"DEJAD QUE LOS NIÑOS SE ACERQUEN"
La imagen del Señor de la Sagrada Entrada en Jerusalén estará durante el día de hoy, viernes, y mañana expuesto en besapié en la Iglesia del Salvador. El hecho de encontrarse en besapié durante dos días es algo extraordinario (normalmente es uno solo). Es así debido a la celebración del cuarto centenario de la fusión entre las antiguas cofradías del Amor y la Borriquita.
Además, la hermandad ha invitado a diferentes colegios de Sevilla para que lleven a sus alumnos al besapié, por lo que durante toda la mañana han sido muchos los niños que han pasado por delante de la imagen del Señor de la Sagrada Entrada y han tenido ocasión de besar sus pies (algunos incluso han pasado por los dos lados del Cristo para besar ambos).
Para este besapié, el Señor viste tal cual suele salir a las calles el Domingo de Ramos, con túnica burdeos y mantolín azul, ambos bordados en oro, así como con las potencias procesionales. Está colocado sobre la gran tarima que acogió al paso del Cristo del Amor durante su reciente quinario (ver), y a su vez sobre una estructura cubierta de terciopelo burdeos con escalones a los lados para facilitar el acceso de los devotos.
Detrás hay un dosel con la cruz de Santiago y con una gotera en forma de crestería de madera dorada. Junto al dosel están las tallas de niños que acompañan al Señor en su paso: los dos de Juan de Astorga, los de Abascal y una de las recientes tallas de Fernando Aguado. Los dos más altos, que son los de Abascal, sujetan sendas palmas rizadas. Todos ellos se encuentran repartidos en dos altas peanas de madera dorada pertenecientes a la hermandad.
Flanqueando al Señor de la Entrada vemos seis grandes blandones dorados con cera blanca, tres a cada lado, y cuatro jarras plateadas sobre pies de terciopelo rojo de base cuadrada, de los que dos llevan el emblema de la hermandad. Las jarras, así como el propio Señor a sus pies, tienen diferentes especies florales de tonalidad rosa, que es el color del habitual exorno floral del paso de la Borriquita.
Completan el altar en las esquinas delanteras de la tarima dos ángeles con pequeñas palmas también rizadas y un centro floral igualmente rosa delante de cada uno de ellos.
Entre las visitas de centros educativos que ha recibido el Señor esta mañana se ha producido la de los alumnos de un centro de educación especial para niños y jóvenes con discapacidad, a los que se veía realmente emocionados, especialmente a una niña en silla de ruedas a la que han ayudado a llegar hasta la imagen.
Además, una niña de este grupo se ha arrancado a cantar una saeta mirando al Señor, ante la presencia del emocionado hermano mayor del Amor, Fernando Mora-Figueroa. Cuando ha terminado de cantar, la niña ha recibido el aplauso de algunos de los presentes en ese momento en el Salvador antes de seguir su recorrido por el templo con sus compañeros para contemplar los pasos a medio montar de las cofradías del Amor y Pasión. El momento ha sido irrepetible. A veces, la mejor Semana Santa emociona sin necesidad de salir a las calles.
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