LA LLUVIA DEJA AL VÍA CRUCIS DE LA PÍA UNIÓN SIN EL CRISTO DE LA FUNDACIÓN

La Hermandad de los Negritos se ha visto obligada esta tarde a suspender la salida extraordinaria del Santísimo Cristo de la Fundación para su participación en el vía crucis de la Pía Unión en la Casa de Pilatos. La lluvia ha impedido la presencia del crucificado en este acto que se celebra cada primer viernes de marzo y que rememora los primeros vía crucis que desde la Casa de Pilatos salían en dirección a la Cruz del Campo, un culto que importó para Sevilla el marqués de Tarifa, Fadrique Enríquez de Ribera, en el siglo XVI después de un viaje por Tierra Santa.
Esta salida extraordinaria del Cristo de la Fundación formaba parte del programa de actos preparados con motivo del DCXXV aniversario de la Hermandad de los Negritos. Según lo previsto, la imagen que talló Andrés de Ocampo en 1622 iba a ser portada en andas con un cortejo que abriría la conocida Cruz de las Toallas de la hermandad, que precisamente abría los vía crucis a la Cruz del Campo en la Casa de Pilatos hasta la construcción de la actual cruz de piedra. También iban a formar parte del cortejo el guión cardenalicio y el estandarte corporativo.
La salida estaba prevista a las cinco y cuarto de la tarde, pero antes de esa hora la junta de gobierno tomó la decisión de suspender la salida. En su lugar, se decidió abrir las puertas de la Capilla de los Ángeles hasta las seis de la tarde, momento en que los miembros de la hermandad se desplazaron a la Casa de Pilatos para participar en el vía crucis de la Pía Unión, presidido por el arzobispo de Sevilla y hermano mayor de los Negritos, Juan José Asenjo.
Posteriormente, sobre las nueve y media de la noche se ha acercado a la capilla la Escolanía María Auxiliadora, que iba a acompañar al Cristo de la Fundación en su recorrido de vuelta desde la Casa de Pilatos y que ha cantado diversas composiciones ante la imagen. Y después, la capilla ha estado abierta casi hasta la hora en la que debía haber finalizado esta salida frustrada durante la que el crucificado tenía que haber visitado los conventos de Santa María de Jesús y San Leandro, y las iglesias de San Ildefonso, Santiago y San Roque.