martes, 8 de mayo de 2018
SAN JOSÉ OBRERO VENCIÓ A LAS NUBES Y COMPLETÓ SU SALIDA POR EL BARRIO
San José Obrero salió este domingo por las calles de su barrio en una tarde en la que hubo una cierta inquietud, debido a las nubes que poco a poco fueron tiñendo el cielo de gris, aunque finalmente acabaron descargando por la zona norte de Sevilla, librándose así la hermandad de cualquier imprevisto.
En el momento de la salida, que se produjo a las siete de la tarde, el cielo estaba completamente despejado y el aroma lo ponía el romero que se había esparcido por la acera, ante la puerta de salida de la cofradía; un adelanto aromático del Corpus que celebraremos el último día de este mes de mayo.
La cruz de guía entre faroles abría el cortejo, compuesto de parejas de hermanos con cirios blancos separados por diversas insignias, como el guión de la juventud de la hermandad, la bandera concepcionista y el libro de reglas. Después iban los estandartes corporativos de las hermandades del Carmen de San Leandro, el Carmen de Calatrava, María Auxiliadora Coronada y la Trinidad, que daban paso al propio estandarte de San José Obrero, a la presidencia y al cuerpo de acólitos con cuatro ciriales.
No tardó mucho en aparecer desde el presbiterio de la parroquia el paso, que iba adornado con claveles y rosas de color blanco, además de paniculata. Antonio Santiago, acompañado por su hijo y sus auxiliares, se encargó de guiar el paso por las calles del barrio en esta salida procesional que contó con una importante cantidad de gente alrededor de la cofradía durante prácticamente todo el recorrido.
La Agrupación Musical de los Gitanos esperaba junto a la puerta el momento de la salida, cuando interpretó el Himno de España, al que siguió el "Himno a San José Obrero", primera de las composiciones que se pudieron escuchar tras el paso. Con ella, San José Obrero avanzó hasta la calzada de la calle Samaniego y giró a su izquierda para comenzar con el itinerario marcado.
Por esta primera calle no se interpretaron más marchas hasta que en el giro a Padre Isla sonó "Cinco Llagas", con la que el paso tuvo que sortear con pericia las frondosas ramas del árbol situado en la misma esquina. Un aplauso de la gente que rodeaba el paso rubricó la maniobra. Entre esta gente se encontraba un niño que con una mano cogía la de su padre, mientras que en la otra sujetaba dos programas de mano de Semana Santa. La inocencia de los niños; el padre le diría que iban a ver una cofradía y el pequeño pensaría que salir a ver pasos es sinónimo de llevar el programa consigo.
"Dolores y Misericordia" fue la siguiente marcha que interpretó la Agrupación de los Gitanos en este punto.
Desde Padre Isla, el paso salió a Guanahani a los sones de "La Oración en el Huerto", marcha encadenada con "La Salve". Posteriormente, tras una parada en la que se hizo un relevo de costaleros, giró hacia Imaginero Luis Álvarez Duarte, calle que lleva el nombre del autor de la Virgen de los Dolores de la propia hermandad, con la marcha "Los niños hebreos". En esta misma calle la Agrupación de los Gitanos tocó "A los pies de Sor Ángela" y posteriormente el paso se detuvo durante bastantes minutos.
El propio Antonio Santiago comentaba con su hijo que al parecer se acercaba un frente que podría dejar caer la lluvia. Por este motivo, en estas calles la cofradía ralentizó el paso para ver qué pasaba finalmente sin alejarse demasiado de la parroquia, por si acaso había que buscar un rápido refugio. Cuando por fin el paso se levantó, realizó lentamente el giro a la calle Nicasio Gallego con las marchas "Al Dios moreno" y "Saber que vendrás". De nuevo se detuvo y a continuación hubo otra chicotá con los costaleros avanzando muy poco a poco mientras se interpretaba "Pescador de hombres".
Los hermanos encargados de la organización de la cofradía hablaban entre ellos y después el diputado del paso informó al capataz de que "de momento" iban a seguir avanzando. Así, San José Obrero alcanzó la calle Iriarte con la marcha "Consuelo gitano". En esta calle, situada a la espalda de la propia parroquia, se despidió la representación de la Hermandad del Carmen de Calatrava. Ante ella se detuvo el paso para luego salir de nuevo a la calle Samaniego con "Alma de Dios". Más adelante, en la esquina con la calle Antonio Filpo Rojas, a la que San José Obrero llegó con la marcha "Virgen de la Hiniesta", se despidió también la Hermandad del Carmen de San Leandro.
La primera levantá en Antonio Filpo Rojas se la dedicó el hijo de Antonio Santiago a su abuela, que estaba presente viendo a su hijo y a su nieto guiar el paso de San José Obrero. No salió, sin embargo, demasiado bien la levantá, por lo que mandó arriar el paso y repetirla, aunque ahora sin dedicatoria. Después avanzó el paso por la calle a los sones de "Pasan los Gitanos".
Por otro lado, en una parada un miembro de la hermandad aprovechó para colocar algunas flores que se habían caído, principalmente de la jarra situada en el costero derecho. Más adelante, el paso giró a la derecha en San Juan Bosco con la marcha "Resucitó", a cuyo término se produjo un nuevo relevo de costaleros antes de cruzar a tambor la calle Arroyo.
Poco después, en la esquina con la calle Jabugo, se despidieron las hermandades de la Trinidad y María Auxiliadora. Precisamente, para la primera de ellas la agrupación musical interpretó "Cristo de las Cinco Llagas" mientras el paso giraba para acceder a dicha calle.
Una vez en la calle Jabugo, el paso se detuvo junto a un hombre que, guitarra en mano, le cantó a San José Obrero una letra que estaba sujeta en el limpiaparabrisas trasero de un coche. Después, el paso continuó con un total de cuatro marchas que fueron encadenadas hasta que se detuvo junto a una casa de la calle Pinta. Así, se pudieron escuchar seguidas las composiciones "Hosanna al Hijo de David", "Costaleros gitanos", "Señor de la Caridad" y "La saeta". Además, en la esquina entre Jabugo y Pinta se le tiraron algunos pétalos al paso.
La casa ante la que se paró San José Obrero estaba adornada con los colores azul y blanco, característicos de la hermandad, incluyendo una cruz y un repostero con el escudo de la corporación. Un coro en la puerta le cantó al santo titular de la parroquia y del barrio unas sevillanas que concluían cada estrofa diciendo "Sevilla estrena la Gloria de mayo en San José Obrero".
Para alejarse de este punto, la Agrupación de los Gitanos tocó nuevamente el "Himno a San José Obrero", cuya letra cantaron muchos de los presentes, al tiempo que se lanzaban algunos cohetes y caía una intensa lluvia de pétalos sobre el paso. Pasada la incertidumbre del agua, del cielo ya sólo cayeron pétalos de flores. Unos pétalos que apagaron casi por completo los candelabros y guardabrisones del paso, por lo que en la siguiente parada se aprovechó para volver a encenderlos.
Seguidamente, sonó la marcha "Aliviamos tu dolor" para el giro a la calle Mamá Margarita, y más adelante, desde esta calle hasta Maestro Gómez Zarzuela, cruzando Francisco de Ariño, se encadenaron "Padre Nuestro" y "Creo en Jesús".
Y antes de cruzar de nuevo la calle Arroyo para afrontar el último tramo de la procesión, la agrupación tocó "Lágrimas y Angustias" por la calle José María de Mena.
Después de cruzar Arroyo, el paso rodeó la parroquia por Nicasio Gallego e Iriarte, en las que la Agrupación Musical de los Gitanos tocó "Nuestro Padre Jesús de la Victoria" y "Nazareno y Gitano", tras la que se detuvo en el mismo punto donde se había despedido por la tarde la Hermandad del Carmen de Calatrava. Desde el patio trasero de la parroquia se lanzaron entonces algunos fuegos artificiales antes de que el paso saliera una vez más a Samaniego, lo que hizo con las marchas "Señor de San Román" y "La clámide púrpura".
Ya delante de la puerta de la parroquia, el paso de San José Obrero fue girando mientras la agrupación tocaba "Señor de la Caridad" y el "Ave María". Durante esta interpretación, los costaleros fueron dándose la vuelta debajo del paso, trabajadera a trabajadera, para de esta forma entrar definitivamente en el templo sin antes detenerse.
Como en el momento de la salida, el paso cruzó el dintel con el Himno de España, seguido de nuevo por el "Himno a San José Obrero", mientras sonaban las campanas de la torre pasados algunos minutos de las once y cuarto de la noche.
Ya en el interior del templo, el paso fue conducido al lado derecho del presbiterio y se rezó el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria por las almas de los hermanos fallecidos. La parroquia y el barrio finalizaban así los cultos anuales en honor a San José Obrero, que venció a las nubes y logró inaugurar de forma brillante el calendario de las Glorias 2018.
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